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Cinco años de impunidad: muerte del fiscal Nisman sigue sin esclarecerse en Argentina

Argentina se enfrenta nuevamente a uno de los capítulos más oscuros de su historia reciente: la muerte del fiscal Alberto Nisman en 2015, que investigaba el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires.

El estreno de un documental en Netflix reaviva los enigmas en torno a su muerte, en un país donde los motivos de preocupación, tanto de orden económico como político, no faltan en este 2020.

Nisman fue hallado muerto de un tiro en la cabeza el 18 de enero de 2015 en el baño de su casa, un día antes de que pudiera presentar ante el Congreso de la Nación una denuncia formal contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento de los autores intelectuales del atentado contra la AMIA, perpetrado el 18 de julio de 1994.

Ese atentado terrorista, el más cruento en la historia de América Latina, dejó un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos. Fue precedido por un ataque a la embajada de Israel en la capital argentina, el 17 de marzo de 1992, con un saldo de 22 muertos y 242 heridos. A 27 y 25 años respectivamente, ambos atentados siguen impunes. Y luego de cinco años, también sigue impune la muerte del fiscal, que causó un terremoto político y social que pone en tela de juicio la independencia del sistema judicial del país.

“El problema principal en el caso Nisman es que los procedimientos judiciales en Argentina no aparecen como sólidos”, dice a DW Mariana Llanos, especialista en política argentina del Instituto GIGA. “Si bien eso se da en muchos casos, en uno tan grave como el de Nisman, esos procedimientos deberían ser intachables”.

El otro aspecto, según Llanos, son los avances de la política sobre la Justicia, “escandalosos” durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999) cuando se perpetró el atentado contra la AMIA.

“Pareciera que no se ha querido encontrar la verdad en el caso Nisman”, añade, “y que la Justicia se ha perdido en los vericuetos, en los laberintos colaterales”.