La tensión entre Irán e Israel se intensificó durante el fin de semana, luego de un cruce de ataques que incluyó bombardeos a instalaciones militares y civiles en ambos países.

En ese contexto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que es calificado como criminal de guerra por tribunales de justicia internacionales, aseguró en un mensaje dirigido directamente a la población iraní que los ataques continuarán, y pidió a los ciudadanos “alzar la voz”.

El conflicto escaló el viernes cuando Israel lanzó un ataque sin precedentes contra instalaciones nucleares y militares iraníes, provocando la muerte de altos mandos del país persa.

En respuesta, Irán disparó múltiples misiles hacia territorio israelí, mientras que Israel retomó los bombardeos la madrugada del sábado, incluyendo ataques a diversas provincias iraníes como Azerbaiyán Oriental, Lorestan y Kermanshah, según reportó la agencia Fars.

En paralelo, se reportó un incendio en el campo de gas South Pars, el mayor del mundo, ubicado en la provincia de Bushehr, en el sur de Irán.

Medios estatales iraníes atribuyeron el incidente a un ataque israelí, y CNN verificó imágenes en redes sociales que muestran llamas y columnas de humo en el lugar.

Ante la posibilidad de nuevos ataques, hospitales israelíes como el Centro Médico Sheba comenzaron a trasladar a sus pacientes a áreas subterráneas reforzadas.

Según el personal médico, ya han recibido decenas de heridos con esquirlas producto de los bombardeos iraníes.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, endureció el discurso y advirtió que “Teherán arderá” si continúan los ataques desde Irán. También declaró que los habitantes de la capital persa “pagarán un precio muy alto”.

En medio de este escenario bélico, se canceló una nueva ronda de negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos que debía realizarse en Omán.

La decisión fue confirmada por el ministro de Relaciones Exteriores omaní, luego de que su par iraní, Abbas Araghchi, calificara de “injustificables” dichas conversaciones mientras persistieran los ataques israelíes.

El saldo de víctimas continúa aumentando.

De acuerdo con Irán, al menos 78 personas murieron y más de 320 resultaron heridas, la mayoría civiles. Israel, por su parte, informó que tres personas fallecieron y decenas más sufrieron heridas tras los ataques iraníes.