La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, denunció este viernes, al declarar ante el tribunal que la juzga por presunta corrupción, las “mentiras, las calumnias y difamaciones” en las que aseguró ha incurrido la Fiscalía, que en agosto pasado pidió contra ella 12 años de prisión.
“Quiero hacer un formal pedido ante este tribunal para que al finalizar las audiencias se extraiga testimonio de todas y cada una de las mentiras de los fiscales contrastadas con la prueba documental, pericial y testimonial que tuvo este juicio”, señaló Fernández.
Lo anterior, ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 de Buenos Aires, donde agregó que se está ante “un claro caso de prevaricato (prevaricación)”, según detalló Perfil.
Por videoconferencia desde su despacho del Senado, Cámara de la que es titular, Fernández declaró en su propia defensa en la etapa de alegatos del juicio.
Se trata de una medida legal que enfrenta por la presunta adjudicación irregular de obras públicas durante su mandato como presidenta (2007-2015), cuando apenas han pasado tres semanas del fallido atentado del que fue víctima a las puertas de su casa.
“En este mismo tribunal, fiscales y jueces juegan (al fútbol) en la quinta (finca) del expresidente Macri y a nadie parece extrañarle”, lanzó la vicepresidenta.
Cabe destacar que Cristina Fernández está procesada en diversas causas, de las que solo una, esta, conocida como “Causa vialidad”, tiene juicio abierto.
Fernández está acusada de haber cometido delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta de fondos públicos.
Esto, debido a supuestas irregularidades en la concesión de 51 obras públicas a firmas del empresario Lázaro Báez durante su mandato y el de su marido, el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007), en la austral provincia de Santa Cruz, cuna política del kirchnerismo.
“Para traerme de los pelos a mí a este juicio trajeron de los pelos a la Constitución, al Código Penal, al Código Civil y a la lógica, a todo. Realmente es un disparate. Esto no ayuda, esto complica a un país, lo torna poco serio, casi al borde del ridículo”, aseveró.
A juicio de la vicepresidenta, esa presunta “asociación ilícita no tiene ni pies ni cabeza”.
“Es profundamente inconstitucional, antirepublicana y antifederal”, convencida de que, junto con su esposo, fueron elegidos por el pueblo.