Poco antes de que la vicepresidenta Kamala Harris reaccionara a la actuación de Joe Biden en el debate con una mentira piadosa (“Hubo un principio débil pero un final fuerte. Biden es extraordinariamente fuerte”), el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, uno de los principales colaboradores de la campaña del presidente, había calificado ya de “inútil” e “innecesario” el debate abierto bruscamente entre los demócratas por el mal desempeño del candidato a la reelección frente a Donald Trump.
Comentaristas políticos como John King, de la CNN, no tardaron en plantear abiertamente la existencia de una corriente en las filas demócratas dispuesta a solicitar que Biden se haga a un lado antes de las elecciones de noviembre, lo que abriría un escenario desconocido, otro más en una campaña protagonizada también por un candidato que es delincuente convicto.
Por eso, Newson, que ha sonado con frecuencia como recambio generacional en la cúpula demócrata, ha intentado quitar hierro a las críticas, sin mucho éxito. “Creo que es inútil e innecesario”, ha dicho en MSNBC. “Tenemos que entrar, tenemos que mantener la cabeza alta y, como digo, tenemos que cubrir las espaldas de este presidente. No se le da la espalda por una única actuación”, por decepcionante que fuera. Pero, aparte de las redes sociales, con un inclemente aluvión de comentarios y memes sobre la confusión del candidato demócrata, de 81 años, comentaristas, políticos y estrategas de campaña han hecho sonar unánimemente las alertas.
El analista de la CNN aseguró que los demócratas con los que pudo hablar están en un “modo pánico total”, y que algunos de ellos se atreverán a sugerir a la Casa Blanca una retirada honrosa de Biden antes de que sea demasiado tarde. Abby Phillip, también de la CNN, dijo que “el pánico” que está percibiendo esta noche no es “ni parecido” al que se intuía hasta ahora. “Hay una preocupación real de que [el debate de esta noche] haya hecho un daño real que no se puede deshacer”, dijo Phillip.
Un colaborador de Biden amparado en el anonimato declaró al portal de información política The Hill: “Esto es una auténtica pesadilla. No puedo creer lo que estoy viendo. Estoy viendo cómo perdemos estas elecciones a cámara lenta”. “Esta noche se han confirmado los temores de la gente” acerca de la idoneidad del Biden que aspira, a sus 81 años, a un segundo mandato en la Casa Blanca, según David Axelrod, que fue uno de los consejeros principales de Barack Obama.
A medida que avanzaba el debate, los demócratas se mostraban cada vez más inquietos y algunos se preguntaban si era demasiado tarde para que Biden abandonara. También pensaban en otros candidatos. “En nuestros círculos se ha hablado mucho de Newsom”, dijo un estratega demócrata refiriéndose al gobernador de California.
La voz ronca y los labios temblorosos, con titubeos claros, de Biden fueron atribuidos a posteriori por la Casa Blanca a un resfriado, pero algunos en el círculo más cercano al presidente renunciaban a poner paños calientes ante signos de deterioro cognitivo manifiestamente claros: balbuceos, desvíos del tema que se estaba analizado, cuando no claras confusiones o casi la mente en blanco, como cuando declaró “Por fin hemos vencido a Medicare” cuando lo que quería decir, en realidad, es que EE UU había logrado vencer a la covid-19. Un estratega demócrata, amparado igualmente en el anonimato, definió la intervención del presidente como “un suicidio político”. “No hay otra forma de decirlo. No fue un buen debate para Joe Biden”, afirmó Kate Bedingfield, que durante mucho tiempo fue ayudante de comunicación del presidente, a la cadena CNN.
“Vamos a perder 20 escaños en la Cámara si esto es lo que pasa”, dijo un demócrata de la Cámara de Representantes, que, en declaraciones al portal Axios, habló también a condición de que se no se revelara su identidad. “Estoy en estado de shock”, dijo otro.
“Transcurridos sólo treinta minutos del debate presidencial, he escuchado ya a tres veteranos responsables de la campaña presidencial demócrata, y todos han tenido la misma reacción ante la actuación del presidente Biden: esto es un desastre”, recapitulaba la conmoción demócrata Patrick Healy en el diario The New York Times.
Para el reputado comentarista Chris Wallace, que en sus tiempos en la conservadora Fox moderó el primer debate entre ambos en octubre de 2020, Biden “ha hundido su campaña esta noche”. La reacción de Sarah Ishgur, comentarista de ABC News, fue más que gráfica: “Tristeza”.
El supuesto movimiento de algunos demócratas para convencer a Biden de que abandone la carrera era un rumor a voces entre muchos correligionarios. Un miembro demócrata de la Cámara de Representantes de uno de los siete Estados basculantes o indecisos lo expresó así, en declaraciones recogidas por The Hill: “Ha sido un desastre. El equipo de Biden tiene que convencerle de que se retire y celebrar una convención abierta”. “Necesitamos un debate real sobre cómo va esto”, dijo un donante demócrata. “No podemos seguir eludiendo esta discusión sobre la edad. Tenemos que ponernos serios. Hay mucho en juego aquí y ¿qué coño estamos haciendo?”.
Entre los pocos que quitaron hierro al fracaso de Biden, el analista de la campaña de Biden Geoff Garin sostuvo en la red social X que la “histeria generada por el debate es muy exagerada”, argumentando que Trump fue cada vez más “incoherente y desquiciado” a medida que avanzaba. Pero el mal sabor de boca de la noche permitía barruntar un día después aún más amargo. “Para mañana, esto va a explotar”, dijo uno de los demócratas de la Cámara de Representantes a Axios.