Usando las palabras del primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, hoy se ha cerrado una «herida» abierta en la sociedad sueca. Löften se refiere al asesinato a tiros por la espalda, el viernes 28 de febrero de 1986 por la noche, del por aquel entonces primer ministro Olof Palme (SAP, partido socialdemócrata), en la calle más transitada de Estocolmo, cuando salía de un cine junto a su esposa, Lisbet.
La Fiscalía ha cerrado este miércoles 34 años de investigación, señalando como autor del crimen a Stig Engström, un publicista fallecido en 2000 que trabajaba cerca del lugar donde se produjo el suceso.
En una comparecencia digital, el fiscal Krister Petersson ha indicado que, ante la imposibilidad de presentar cargos contra Engström, la investigación termina aquí: «Creo que hemos llegado tan lejos como se podía pedir a la investigación», ha comentado Petersson.
Según explicó Petersson, la vestimenta que llevaba Engström la noche del crimen -el hombre se presentó como testigo e hizo declaraciones a varios medios- coincide con las descripciones dadas por varias personas que vieron salir corriendo al supuesto asesino.
Ninguno de los testigos situaron tampoco a Engström en el lugar del crimen justo después de que tuviera lugar.
Su pertenencia a un club de tiro y el hecho de que se moviera en círculos críticos con Palme refuerzan la teoría de la Fiscalía, resaltó Petersson, que lamentó que no haya pruebas técnicas que lo vinculen con el crimen.