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Dictador izquierdista nicaraguense hace lo mismo que Pinochet con la iglesia: Obispo católico se negó a ser desterrado en vuelo a EEUU y Daniel Ortega lo mandó a la cárcel

Monseñor Rolando Álvarez ya había dejado claro en sus prédicas dominicales que no abandonaría Nicaragua ni a su gente.

El prominente obispo de la diocesis de Matagalpa, al norte del país, mantuvo su palabra cuando el régimen izquierdista de Daniel Ortega quiso enviarlo en un avión rumbo al destierro en Estados Unidos, junto a otros 222 presos políticos nicaragüenses que llegaron a Washington, D.C.

El líder sandinista confirmó la negativa de Álvarez en un discurso transmitido por la televisión oficialista.

Según Ortega, el obispo era el número 92 en la lista de presos, pero no aceptó irse. "Está desquiciado", aseguró y dijo que debía ser evaluado por "autoridades médicas".

"Está haciendo fila y llega a las gradas del avión, empieza a decir que él no se va", afirmó Ortega, de 77 años, quien se ha mantenido en el poder desde 2007 tras elecciones sumamente cuestionadas por observadores internacionales.

Según Ortega, por negarse a acatar las órdenes del Estado, Álvarez que permanecía en un régimen de casa por cárcel, fue trasladado al penal de reos comunes La Modelo, a pocos kilómetros de Managua, la capital. "Y como él lo decidió, ahí está guardando prisión", agregó.

En su discurso, Ortega despotricó contra el obispo, llamándole "energúmeno" y diciendo que este "no puede tener el coraje de Cristo que aguantó los azotes".

En la dictadura de Pinochet, varios sacerdotes fueron asesinados como Juan Alsina y André Jarlan y también fueron perseguidos por el régimen. Otros fueron expulsados de Chile, como Pierre Dubois, icónico cura de la población La Victoria.