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Dictadura nicaraguense de Daniel Ortega rompió relaciones con el Vaticano luego que el papa Francisco dijera que era "una dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35"

El dictador Daniel Ortega ordenó la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano luego de las contundentes declaraciones del papa Francisco, en las que calificó al régimen sandinista como “una dictadura grosera, guaranga”. El régimen habría adoptado la decisión unas horas después de que se publicara la entrevista en la que, además, el Pontífice comparó al gobierno de Nicaragua con una “dictadura hitleriana”.

Según detalló el medio, la representante del régimen sandinista ante la Santa Sede “comunicó verbalmente” la deisión en la Secretaría de Estado del Vaticano. Horas después de que se conociera la noticia, el ministerio de Relaciones Exteriores del régimen emitió una declaración oficial en el que no utiliza el término ruptura pero sí confirma una “suspensión de la relaciones diplomáticas”.

El papa Francisco a su entender, el régimen nicaragüense se ha transformado en una dictadura grosera. “Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, aseveró Francisco desde su residencia de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, con motivo del décimo aniversario de su papado.

Francisco hablaba de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, quien hace un mes fue condenado a más de 26 años de prisión por delitos considerados “traición a la patria” y un día después de negarse a ser desterrado por el Gobierno de Ortega a territorio estadounidense.

El obispo rechazó subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, todos opositores, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia de Ortega, que lo tachó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.

En su análisis, Francisco agregó: “Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas... Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas”.

Con la ruptura, Nicaragua ingresó en el grupo de trece países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: cuatro comunistas (Vietnam, Corea del Norte, China y Laos) y ocho son musulmanes (Somalia, Omán, Mauritania, Maldivas, Islas Comores, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudita), el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.

Las declaraciones de Francisco, muy esperadas entre religiosos y activistas, recibieron numerosas muestras de respaldo.

El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez Ortega, celebró los dichos del Papa. “Les ha dicho lo que son: una dictadura de desequilibrados, vulgar y anacrónica, al estilo hitleriano y comunista”, afirmó en Twitter el influyente obispo, que se encuentra fuera de Nicaragua desde hace cuatro años por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad.

“Creo que no es la primera vez que el Papa los ve así (al régimen de Ortega) y no es tarde para decirlo”, agregó el religioso, quien el 15 de febrero pasado se convirtió en el segundo miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a quien las autoridades judiciales de su país le retiraron la nacionalidad y ahora reside en Estados Unidos.