La oposición demócrata ganó ayer martes el control parcial del Congreso de Estados Unidos: un revés para el presidente Donald Trump en unas elecciones de mitad de mandato cruciales para su futuro político y en las que se registró una alta participación.
El partido del expresidente Barack Obama obtuvo la mayoría en la Cámara de Representantes, que no tenía desde 2010, mientras los republicanos de Trump mantuvieron su predominio en el Senado, según proyecciones de las cadenas Fox y NBC.
Trump, que estaba viendo los resultados desde la Casa Blanca, donde pasó el día recluido con amigos y familiares, destacó en Twitter el “tremendo éxito” de los comicios, considerados un referendo sobre su gestión.
Pero aunque la “ola azul” anti Trump no se concretó, la pérdida de su dominio de ambas cámaras, del que gozaba tras su sorpresivo triunfo hace dos años, complica sus perspectivas.
Con este triunfo, los demócratas podrán no sólo bloquear iniciativas del mandatario, sino también investigar sus finanzas y ahondar en la presunta colusión entre su equipo de campaña y Rusia en 2016, aumentando la posibilidad de que se inicie un proceso de destitución en su contra.