El coronavirus mantiene en vilo a las autoridades sanitarias de todo el planeta. Mientras Europa ha elevado de “moderado” a “alto” el riesgo por la situación actual de contagios por el nuevo virus, situándolos en más de 2.100 en toda la Unión y en 38 los fallecidos, los líderes han empezado a tomar medidas, algunas de ellas más visibles, como la anunciada por Angela Merkel de no dar la mano a nadie hasta que no acabe la crisis.
”No voy a estrecharle la mano a nadie esta noche”, dijo Merkel sin rodeos al final de un discurso ante unos 400 líderes y electores empresariales locales en su distrito electoral de Stralsund.
La líder alemana, sin embargo, estuvo a punto de saltarse su propia norma autoimpuesta cuando se acercó esta mañana, en una reunión para tratar asuntos migratorios, al ministro de Interior de Alemania, Horst Seehofer, para estrecharle la mano.
Fue el propio Seehofer quien le señaló que no era pertinente y, entre risas, Merkel lo asumió y dio a todos los asistentes por saludados.