Más de 16 millones de casos de nuevo coronavirus fueron oficialmente contabilizados en el mundo, de los cuales más de la mitad en Estados Unidos, América Latina y el Caribe, según datos de la Universidad Johns Hopkins. La cifra exacta, hasta este momento, es de 16.055.909 personas que contrajeron el covid-19, de las cuales 645.184 murieron.
Estados Unidos es el país más golpeado del mundo con 4.178.730 contagiados y 146.463 víctimas fatales. Mientras que la región de América Latina y el Caribe registró 4.328.915 casos y 182.501 decesos y Europa 3.052.108 casos y 207.734 muertos.
El ritmo de la pandemia continúa acelerándose en el mundo ya que más de cinco millones de casos, se registraron desde el 1 de julio, lo que corresponde a un tercio del total de casos de covid-19 desde el comienzo de la pandemia en diciembre.
Surge también preocupación por rebrotes en América Latina, Brasil, México, Perú y Chile son los países que suman más contagiados de la pandemia. Los brasileños ya tienen 2.394.513 casos y 86.449 decesoa. Los aztecas 385.036 contagios y 42.645 víctimas fatales, mientras que los incaicos 375.961 positivos y 17.843 fallecimientos. Chile por su parte asoma con 343.592 casos y 9.020 muertos.
En varios países hay preocupación por el rebrote. Por ejemplo en Bélgica ha crecido un 71% las infecciones en la última semana. Se concentran sobre todo en la provincia de Amberes, ante lo cual el Gobierno belga adelantó para este lunes la reunión de su Consejo Nacional de Seguridad para analizar medidas adicionales de contención.
Según los datos publicados este domingo por el Instituto de Salud Pública belga (Sciensano), entre el 16 y el 22 de julio se registraron de media 255,3 nuevos casos diarios, lo que eleva la incidencia en el país a 24,6 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, por encima de sus vecinos de Francia (14,6) u Holanda (10,2), pero por debajo de España (39,4).
Justamente en España, clubes nocturnos, bares y playas afrontaban nuevas restricciones tras convertirse en focos de infección del nuevo coronavirus. La región nororiental de Cataluña acoge ahora dos de los brotes más preocupantes de España, lo que ha hecho que las autoridades en Barcelona y en una zona agrícola de interior en torno a Lleida endurezcan las restricciones levantadas hace apenas un mes, cuando el país controló su devastadora oleada de contagios.
Gran Bretaña ha vuelto a colocar a España en su lista de destinos no seguros, y el sábado anunció que los viajeros llegados a Gran Bretaña desde España deben ahora hacer una cuarentena de 14 días. Noruega también ordenó una cuarentena de 10 días para los regresados de la Península Ibérica.
Francia y Bélgica mientras tanto, recomendaron a sus viajeros que cancelaran sus planes de pasar las vacaciones de verano en Barcelona y sus playas cercanas, donde se han registrado aglomeraciones que impedían el distanciamiento social. La policía tuvo que intervenir para controlar el de bañistas en las playas.
Cataluña ordenó el cierre durante 15 días de los locales de ocio nocturno y el viernes por la noche impuso un toque de queda a medianoche para los bares en Barcelona y Lleida, horas después de que el primer ministro de Francia, Jean Castex, instara a los franceses a no visitar Cataluña debido al aumento de los contagios.
Mientras que en Oceanía, el estado de Victoria, el segundo más poblado de Australia y donde se vive un rebrote de contagios por el coronavirus, registró este domingo un total de 459 casos y diez fallecidos, el mayor número de muertes diarias por la covid-19.
El jefe del gobierno regional de Victoria, Daniel Andrews, detalló en una rueda de prensa que de las diez muertes registradas en las últimas 24 horas, siete se produjeron en residencias de la tercera edad. Desde el pasado jueves es obligatorio el uso de mascarilla en las ciudades de Melbourne y Mitchell- ambas puestas bajo un segundo confinamiento hasta el 20 de agosto-, con multas para aquellos que no las lleven de 200 dólares australianos (143 dólares estadounidenses o 123 euros).
Así también, Corea del Norte ha declarado la "máxima emergencia" sanitaria y decretado el aislamiento en la ciudad de Kaesong, fronteriza con el Sur, tras detectar allí un posible caso de COVID-19, el primero hasta la fecha anunciado por el régimen. El caso "sospechoso" afecta a un ciudadano norcoreano que había desertado al Sur hace tres años y retornado al Norte tras cruzar "de forma ilegal" la frontera militarizada que separa a ambos países el pasado día 19, según informó este domingo la agencia estatal norcoreana KCNA.