La imagen del papa Francisco arrodillado el jueves con aparentes dificultades para besar los pies de los líderes de Sudán del Sur se explica por “el clima de perdón recíproco” de su reunión en el Vaticano, consideró este viernes la Santa Sede en su sitio oficial.
El “retiro espiritual” inédito de dos días de las más altas autoridades civiles y eclesiásticas de Sudán del Sur, en la residencia en la que se aloja el papa Francisco, no era “una cumbre político-diplomática”, según Andrea Tornielli, director editorial del “ministerio” para la comunicación de la Santa Sede.
Se trató más bien de “una experiencia de oración y reflexión común entre líderes a los que, aun habiendo firmando un acuerdo de paz, les cuesta hacer que se respete”.
“Comenzaron un proceso, que termine bien. Habrá luchas entre ustedes, pero que se quedan en los despachos; ante el pueblo, ¡unan sus manos!”, dijo el jueves el papa de origen argentino tras una oración conjunta.
Después se arrodilló ante el presidente de la República de Sudán del Sur, Salva Kiir, y el jefe rebelde Riek Machar, exenemigos llamados a gobernar juntos.
El acto del papa Francisco tiene lugar una semana antes de que el gesto se reproduzca en las iglesias de todo el mundo en referencia a la Última Cena, cuando, según la tradición cristiana, Jesús lavó los pies de los apóstoles y les indicó su vocación de servicio, señaló Andrea Tornielli.