Los italianos votan este domingo si recortan un tercio el número de parlamentarios, en un referéndum nacional, y para elegir gobierno en siete regiones, entre ellas la Toscana, donde históricamente ha gobernado la izquierda y por primera vez en 50 años podría perder a favor del movimiento del ultraderechista Matteo Salvini.

Alrededor de 51 millones de italianos están llamados a votar en el referéndum para reducir el número de congresistas de 945 a 600 a partir de la próxima legislatura (400 en la Cámara de los Diputados y 200 en el Senado), un proyecto defendido por el antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S).

Pero además unos 18 millones de italianos están convocados también para elegir el gobierno de siete regiones: se elige al presidente de Liguria y Véneto (norte), Toscana y Las Marcas (sur), y Campania y Apulia (sur); mientras que el Valle de Aosta tiene su propio sistema y los italianos eligen a los consejeros regionales, quienes posteriormente designarán al presidente.

La vista está puesta en Toscana, donde la derecha y la izquierda se disputan la presidencia, después de que esta haya sido un bastión histórico de la izquierda.

Salvini ha reclamado en los últimos días a sus votantes que se movilicen para hacerse con la Toscana y demostrar que todavía tiene fuerza en el país tras la pérdida de popularidad experimentada en los últimos meses, pero según las encuestas su candidata, Susanna Ceccardi, está ligeramente por detrás del de la izquierda, Eugenio Giani.

Parece descontada la victoria de los candidatos de la derecha en Véneto y Liguria, y de la izquierda en Campania y Apulia, mientras que en Las Marcas la derecha va en cabeza por poco porcentaje, según los sondeos de intención de voto.

Para garantizar la celebración de las elecciones y de la consulta con cierta seguridad ante los contagios por la pandemia se han adoptado una serie de medidas, como laobligatoriedad de que todos los votantes y los miembros de las mesas electorales lleven mascarilla en todo momento, las personas mayores y consideradas de riesgo tienen prioridad para no esperar las colas, se debe respetar la distancia de al menos metro y medio, y lavarse las manos con gel desinfectante a la entrada y a la salida del colegio electoral.

Los enfermos con coronavirus ingresados pueden votar en los hospitales y los que están aislados en sus domicilios han tenido ocasión de pedir el voto por correo en los últimos días, aunque solo lo han hecho unos 1.800, de los 40.000 que están en sus casas, como por ejemplo el ex primer ministro Silvio Berlusconi, que se encuentra en su mansión de Arcore, a poca distancia de Milán, tras ser ingresado a principios de septiembre por coronavirus en un hospital, aunque después recibió el alta.