Los enormes esfuerzos de los equipos de rescate han resultado en vano. Julen, el niño de dos años que cayó en un pozo en Totalán (Málaga) el domingo 13 de enero, ha sido hallado muerto a la 1.25 de la madrugada de este sábado después de 13 jornadas de intensa búsqueda.
Los servicios de emergencia han activado la comisión judicial para proceder al levantamiento del cadáver. Minutos antes de activar todos los protocolos se ha avisado a la familia del pequeño.
Los trabajos para el rescate se dilataron por la orografía del terreno, los materiales que lo componen y las dificultades de la maquinaria para llegar hasta donde se ubica el agujero, a más de 100 metros de profundidad.
Un agente de la Guardia Civil fue el último en participar en los trabajos de rescate del pequeño, después de que los miembros de la Brigada de Salvamento Minero abrieran una galería para acceder a la perforación en la que había caído el pequeño desde un pozo auxiliar que costó enormes esfuerzos horadar por las dificultades que planteaba el terreno.
Para que pudieran cavar el túnel horizontal que les ha llevado donde estaba Julen debieron superar numerosos obstáculos y tomar grandes medidas de seguridad. Incluso han tenido que realizar hasta cuatro veces pequeñas detonaciones de explosivos para derrotar a la roca. También esperar a que se solucionaran diversos problemas con el entubado de la cavidad vertical por la que descendieron. Finalmente su tarea ha resultado en vano.