El presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE a las elecciones generales celebradas este domingo, Pedro Sánchez, ha vuelto a darle la vuelta a los pronósticos al lograr un resultado notablemente mejor del que apuntaba la mayoría de sondeos. Sánchez celebró hasta la madrugada los resultados de la elección, luego que los sondeos daban a la derecha y a la ultra derecha arrasando en las encuestas.
“El bloque involucionista que planteaba una derogación total de todos los avances que hemos logrado estos cuatro años ha fracasado”, dijo un eufórico Sánchez.
Así, ante un empate entre bloques que impide sumar mayoría a ninguno de los dos y deja en manos de Junts una posible investidura, Sánchez queda en una posición que le permite resistir, e incluso pensar en formar Gobierno.
De hecho ha lanzado un aviso en esa línea este mismo domingo al afirmar, desde el exterior de la sede del PSOE en Ferraz que el bloque de la derecha ha fracasado y son muchos más los que quieren que España avance. “Y así seguirá siendo”, ha lanzado, deslizando su intención de formar Gobierno.
A su favor también juega que el PSOE ha ganado casi un millón de votos respecto a las últimas generales, celebradas en noviembre de 2019, así como cuatro puntos porcentuales y dos escaños. Así lo subrayó en su discurso ante los militantes: “Hemos sacado más votos, más escaños y más porcentaje que hace cuatro años, gracias de corazón”, ha exclamado.
Desde Ferraz señalan que la buena noticia de esta noche es que en España no habrá un gobierno en el que esté la ultraderecha, aunque dejan abierto el escenario que sigue a continuación. “Y mañana ya veremos”, apuntan.
Sánchez, por tanto, ha vuelto a tener éxito al encomendarse a la épica y a su ‘manual de resistencia’ al conseguir un mejor resultado del esperado y silenciar cualquier ruido interno. De hecho, en este momento, a Sánchez solo le separa de seguir en La Moncloa un acuerdo con Junts, el partido del expresidente catalán Carles Puigdemont, que tiene la llave de la gobernabilidad.
La suma le saldría al PSOE sumando sus 122 escaños a los 31 de Sumar, 7 de ERC, 6 de Bildu, 5 del PNV y uno del BNG.
Ya durante la campaña electoral –que el PSOE afrontaba con ánimo de remontada después de la derrota sufrida en las municipales y autonómicas del 28 de mayo– Sánchez volvió a apelar a las victorias “contra todo pronóstico” a lo largo de su carrera política con la intención de espolear a sus seguidores y convencerles de que podían ganar las elecciones.
Los precedentes también eran negativos para el PSOE porque en los últimos años ya encajaron varias derrotas, en las autonómicas de la Comunidad de Madrid en 2021, al año siguiente en Castilla y León y especialmente en Andalucía, donde el PP de Juanma Moreno logró la primera mayoría absoluta de la Historia.
Y es que su carrera está plagada de movimientos inesperados –como el último adelanto electoral en pleno verano– y victorias a priori improbables que han generado una imagen de político rocoso, capaz de reponerse de las caídas más duras.
Sánchez llegó por primera vez a la Secretaría General del PSOE en 2014, después de imponerse en las primarias a Eduardo Medina y José Antonio Pérez Tapias. Después vino el choque con su propio partido, después de las elecciones generales de 2015 en las que se impuso el candidato del PP, Mariano Rajoy (PP), pero sin la mayoría suficiente para ser investido.
En ese momento, voces importantes dentro del partido como el expresidente Felipe González, se mostraron a favor de que Sánchez se abstuviese para permitir la investidura de Rajoy, que había sido el más votado, y evitar así una repetición electoral.
Sin embargo Sánchez se enrocó en el ya célebre ‘no es no’ y se negó a permitir un Gobierno del PP. Esta decisión desembocó en una lucha abierta dentro del PSOE y en el dramático Comité Federal del 1 de octubre de 2016, en el que Sánchez fue expulsado de la Secretaría General.
A pesar del shock de haber sido desalojado de la dirección del partido por sus propios compañeros, Sánchez se puso en manos de la militancia socialista, recorrió España con su coche y ganó las primarias a Susana Díaz, la candidata que tenía el respaldo de los líderes históricos del PSOE.
Ya como líder de la oposición, presentó una moción de censura contra el presidente Rajoy que triunfó gracias al apoyo decisivo del PNV, en un clima de hastío por la corrupción y después de una sentencia sobre el caso Gürtel.
Ya como presidente, convocó elecciones en abril de 2019, aunque no logró la mayoría suficiente para ser investido y por tanto se repitieron los comicios el 10 de noviembre de 2019, últimas elecciones generales hasta las celebradas este domingo.
Sánchez fue investido presidente el 7 de enero de 2020, gracias al apoyo de Unidas Podemos y otras cinco fuerzas y la abstención de ERC y Bildu y formó junto a los morados el primer Gobierno de coalición de la democracia, en el que el líder de los morados, Pablo Iglesias, era el vicepresidente primero.