El ex presidente brasileño Michel Temer (2016-2018) pasó su primera noche en prisión, tras ser arrestado la víspera en un caso de corrupción, y aguarda este viernes para prestar declaración ante las autoridades.
El ex mandatario, de 78 años, se encuentra en una sala "especial" de unos 20 metros cuadrados en la Superintendencia Regional de la Policía Federal de Río de Janeiro, situada en la zona portuaria de la ciudad.
La sala, ubicada en el tercer piso del edificio, no tiene ventanas, pero cuenta con baño privado y aire acondicionado, según señaló el Grupo Globo.
En un principio iba a ser conducido a una prisión de la Policía Militarizada en la localidad de Niteroi, en la región metropolitana de Río, pero sus abogados pidieron a la Justicia que fuera recluido en la sede policial por tratarse de un ex presidente.
La defensa comparó su situación con la de otro ex jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), quien cumple desde abril del año pasado una condena de 12 años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero en la Superintendencia de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, en el sur del país.
Temer, que llegó a la Presidencia de Brasil a mediados de 2016 tras la destitución de Dilma Rousseff, de quien era su vicepresidente, recibió en la misma noche del jueves la visita de un importante aliado, Carlos Marun.
Marun, quien fue ministro de la Secretaría del Gobierno de Temer, dijo a los periodistas que el ex mandatario se encuentra, "muy triste", "sorprendido" e "indignado", y que, como abogado constitucionalista, "sabe de la absoluta improcedencia" e "ilegalidad" de su prisión preventiva.
No obstante, prosiguió el ex ministro, Temer "mantiene su confianza en la Justicia y espera que su situación se "revierta lo más rápido posible".
En las próximas horas se espera que el ex presidente sea interrogado por la Policía Federal para prestar su primera declaración sobre los hechos de los que le acusan.
Temer, que el pasado 1 de enero le entregó la banda presidencial al ultraderechista Jair Bolsonaro, fue arrestado el jueves en Sao Paulo, por orden del juez de primera instancia Marcelo Bretas, encargado en Río de los desdoblamientos de la Operación Lava Jato, que destapó un enorme escándalo de desvíos de la estatal Petrobras.
La Fiscalía acusa al ex gobernante de beneficiarse de sobornos pagados por empresas y de ser el principal líder de una organización criminal que incurrió en repetidos delitos de corrupción durante 40 años.
En la operación también fueron detenidos el ex ministro Wellington Moreira Franco, un importante colaborador y correligionario de Temer en el partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB); y el coronel de la reserva Joao Baptista Lima Filho, amigo personal del ex presidente, entre otros.
Además del caso por el que fue decretada su prisión, Temer se enfrenta a otras nueve investigaciones en la justicia por diferentes casos vinculados con la corrupción. Cinco de ellas fueron abiertas en este 2019, cuando el ex jefe de Estado perdió el fuero privilegiado al entregar el poder a Bolsonaro.