El expresidente de Colombia Álvaro Uribe, en prisión domiciliaria por orden de la Corte Suprema que lo investiga por presunta manipulación de testigos, anunció este martes su renuncia al escaño que ocupaba como senador desde 2014.
En una carta dirigida al parlamento, el exmandatario (2002-2010) justifica su decisión ante la imposibilidad “de poder regresar al Senado” por cuenta del proceso que enfrenta en su condición de parlamentario.
Uribe, el senador más votado y jefe del partido en el poder, había dejado su puesto en la cámara alta en julio de 2018, cuando el máximo tribunal lo llamó a indagatoria dentro de la causa que terminó con su arresto preventivo a comienzos de agosto.
Entonces, el mandatario quiso eludir la competencia de la Corte Suprema -a la que critica con vehemencia por su supuesto sesgo- para quedar bajo la lupa de la fiscalía.
Sin embargo, desistió luego de la renuncia y el proceso siguió su marcha ante el único órgano con potestad de investigar a los congresistas en Colombia.
Todavía es incierto si con su salida del Senado podrá esquivar la acción del tribunal, que ordenó su arresto el 4 de agosto mientras decide si lo llama a juicio por supuesta manipulación de testigos en contra del parlamentario de izquierda Iván Cepeda.
En su comunicación, Uribe denunció “la violación de ocho garantías procesales” y aseguro ser víctima de “interceptaciones ilegales y dolosas (…) y filtraciones selectivas (del expediente) a adversarios políticos y periodísticos”