El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, electo en 1976 y ganador del Premo Nobel de la Paz, murió este domingo a los 100 años.
Carter, que se encontraba en su hogar en cuidados paliativos, y votó en las pasadas elecciones, había recibido tratamiento por una forma agresiva de cáncer de piel tipo melanoma, con tumores que se habían extendido al hígado y al cerebro.
"Mi padre fue un héroe, no solo para mí sino para todos los que creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado", dijo en el comunicado Chip Carter, el hijo del expresidente.
"Mis hermanos, mi hermana y yo lo compartimos con el resto del mundo a través de estas creencias comunes. El mundo es nuestra familia por la forma en que unió a las personas, y le agradecemos por honrar su memoria al continuar viviendo estas creencias compartidas", señaló además a nombre de su familia.
De acuerdo con el Centro Carter, habrá ceremonias públicas en Atlanta y Washington D.C., seguidas de un entierro privado en Georgia. Los arreglos finales para el funeral de estado del exmandatario, incluidos todos los eventos públicos y las rutas de la caravana, aún están pendientes.
A Carter le sobreviven sus hijos Jack, Chip, Jeff y Amy; 11 nietos y 14 bisnietos. Su esposa, Rosalynn, murió hace un año.
En 2023 Carter ingresó a cuidados paliativos, optando por renunciar a más tratamientos para prolongar su vida y se mantuvo en su hogar de Plains, desde donde su familia mantenía al tanto al público de su condición de salud. La familia ha pedido que en lugar de flores se envíen donativos al Centro Carter.
Su perfil
Considerado uno de los líderes más progresistas que ha tenido EE.UU., Carter vio reducido su mandato a cuatro años (1977-1981) por culpa de la crisis de los rehenes estadounidenses en Irán, un episodio que hirió profundamente la moral del país y provocó que los más conservadores lo etiquetaran para siempre como un mandatario débil.
El tiempo puso las cosas en su lugar y su presidencia pasó a ser considerada de forma positiva, hasta el punto de que logró el Nobel de la Paz en 2002.
"Mi vida después de la Casa Blanca ha sido la más gratificante para mí", admitió Carter en una rueda de prensa en agosto de 2015.
Ambicioso, competitivo y con un fuerte sentido de la moral, Carter marcó un nuevo estándar para la vida después de la presidencia, al usar su capital político para seguir influyendo en la vida pública del país y generar cambios en el mundo.
Un legado internacional con frutos en Medio Oriente, China y el Canal de Panamá
Su mandato en la Casa Blanca rindió sus principales frutos en política exterior: además de negociar la paz egipcio-israelí, Carter reanudó las relaciones con China en 1979 y firmó los tratados que reconocieron la soberanía de Panamá sobre el canal.
A nivel nacional, Carter creó los departamentos de Educación y Energía, luchó contra la inflación y redujo la dependencia del petróleo extranjero, pero chocó con la crisis petrolera de 1979 y sus imágenes de largas colas en las gasolineras.
Su presidencia quedó marcada por los 444 días de cautiverio en Irán de 52 rehenes estadounidenses, liberados el mismo día en que Carter cedió el poder al republicano Ronald Reagan.
Pero Carter continuó en la diplomacia tras su derrota, hablando incluso con enemigos de su país como Corea del Norte o Cuba, y alcanzó en el exterior una estatura inédita para un expresidente.
Sus gestiones incomodaron muchas veces a sus sucesores en la Casa Blanca y le generaron una relación tensa con su Partido Demócrata, especialmente desde 2006, cuando publicó un libro sobre Palestina en el que denunciaba la situación en Gaza y lo que consideraba una influencia desmedida de Israel en el Congreso de su país.
Su imagen mejoró en EE.UU. de la mano de los logros del Centro Carter en observación de elecciones y derechos humanos, incluso antes de que el expresidente recibiera el Nobel de la Paz.
Canciller Van Klaveren lamentó la muerte de Jimmy Carter
El ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, lamentó la muerte del expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter este domingo.
A través de su cuenta en la red social X, el canciller aseguró que la otrora autoridad "fue un promotor y defensor incansable de la democracia y los DD. HH. en todo el mundo".
"Su legado es invaluable. Envío mis condolencia al Gobierno de EE.UU. y a sus seres queridos", cerró Van Klaveren.