Amnistía Internacional afirmó este viernes que había pruebas convincentes de que las tropas rusas habían cometido crímenes de guerra, incluidas ejecuciones extrajudiciales de civiles, cuando ocuparon una zona a las afueras de la capital de Ucrania en febrero y marzo.
Civiles también sufrieron abusos como “disparos temerarios y torturas” a manos de las fuerzas rusas durante su fallido ataque a Kiev en las primeras etapas de la invasión lanzada por el Kremlin el 24 de febrero, dijo el grupo de derechos humanos en un informe.
“No se trata de incidentes aislados. Forman parte de un patrón en el que las fuerzas rusas controlan una ciudad o un pueblo”, dijo Donatella Rovera, asesora principal de Amnistía en materias de respuestas a crisis, en una conferencia de prensa en Kiev.
La información recopilada por el grupo “puede utilizarse, con suerte, para que los autores rindan cuentas, si no hoy, algún día en el futuro”, dijo.
Rusia, que califica su invasión de “operación militar especial” para desarmar a Ucrania y protegerla de los fascistas, niega que sus fuerzas hayan cometido abusos. Kiev y sus partidarios occidentales afirman que la reivindicación del fascismo es un falso pretexto para una guerra de agresión no provocada.
Las autoridades ucranianas afirman que están investigando más de 9,000 posibles crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas. El Tribunal Penal Internacional también está investigando los presuntos crímenes de guerra.
El informe de Amnistía es el último que documenta los presuntos crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas cuando ocuparon una zona al noroeste de Kiev, incluida la ciudad de Bucha, donde, según las autoridades ucranianas, murieron más de 400 civiles. Moscú retiró sus tropas a principios de abril.
ASESINATOS ILEGÍTIMOS
El informe concluyó que las tropas rusas habían cometido una “serie de aparentes crímenes de guerra” en Bucha, incluyendo “numerosos asesinatos ilegales”, la mayoría de ellos cerca de la intersección de las calles Yablunska y Vodoprovidna.
Una investigación de Reuters publicada el jueves documentó pistas, incluyendo testimonios y pruebas centradas en la calle Yablunska, sobre las identidades de soldados rusos individuales y unidades militares presentes en Bucha.
Entre las unidades se encontraba la 76ª División de Asalto Aéreo de la Guardia, que, según el informe de Amnistía, también estaba presente en la ciudad.
Rovera dijo que recogió en Bucha balas perforantes y casquillos producidos en una planta de Tula, al sur de Moscú, para fusiles utilizados únicamente por las unidades de élite rusas de asalto aéreo, cuya presencia en Bucha había confirmado Amnistía.
“También encontramos y pudimos ver algunos documentos militares que indican la presencia de estas unidades especiales en estos lugares donde se cometieron estos crímenes”, dijo.
Amnistía dijo que había documentado 22 casos de homicidios ilegítimos cometidos por las fuerzas rusas —”la mayoría de los cuales eran aparentes ejecuciones extrajudiciales”— en Bucha y zonas cercanas.
Preguntado por Reuters antes del informe de Amnistía sobre la operación rusa en Bucha, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo: “La historia de Bucha es un montaje y una falsificación”.
Amnistía también dijo en su informe que los ataques aéreos rusos que alcanzaron ocho edificios residenciales el 1 y 2 de marzo en la ciudad de Borodyanka, matando al menos a 40 civiles, fueron “desproporcionados e indiscriminados y aparentes crímenes de guerra”.
“Las fuerzas rusas no pueden alegar de forma creíble que no sabían que los civiles vivían en los edificios atacados”, dijo.