El presidente de Brasil, el extremista de derecha, misógino y homófobo Jair Bolsonaro, ordenó a los cuarteles conmemorar el 55° aniversario del golpe de Estado, el que sacó del poder al presidente elegido por los brasileños João Goulart y que dio pie a una dictadura que se extendió hasta 1985.

Otavio Rego Barros, vocero de la presidencia, afirmó que el mandatario “ya determinó al Ministerio de Defensa que haga las conmemoraciones debidas en relación al 31 de marzo de 1964, incluyendo una orden del día”.

El representante del gobierno indicó que las celebraciones deberán ser acorde con “aquello que los comandantes consideren dentro de sus respectivas guarniciones, y dentro del contexto en que deban realizarse”.

Bolsonaro no considera el hecho histórico como un golpe militar, ya que según Rego Barros, opina que “la sociedad reunida y percibiendo el peligro que el país estaba viviendo en aquel momento, se juntó a los civiles y militares” para “recuperar y reubicar” a Brasil.

La dictadura brasileña dejó miles de muertos y desaparecidos, siendo parte del Plan Cóndor con otros regímenes similares como el de Chile, Argentina y Paraguay, para el exterminio de sus opositores sólo por pensar distinto, muchos de ellos lanzados al mar, al igual como lo hicieron en Chile.