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Hombre de 34 años es imputado por desaparición de niña en Francia

El sujeto admitió durante un interrogatorio que la menor se subió a su vehículo, donde se encontraron restos de ADN de la menor, pero negó haberla secuestrado.

Un hombre de 34 años fue imputado por la desaparición de Maëlys De Araujo, la niña de 9 años que fue vista por última vez durante la madrugada del 27 de agosto pasado, en un matrimonio al que asistió junto a sus padres.

El sujeto, que era uno de los invitados al evento, admitió durante un interrogatorio que la menor se subió a su vehículo, donde se encontraron restos de ADN de la menor, pero negó haberla secuestrado.

Los investigadores encontraron en el vehículo del hombre rastros del ADN de la pequeña Maëlys, quien desapareció en la localidad de Pont-de-Beauvoisin, en los Alpes franceses.

"Este único rastro de ADN (...) estaba mezclado con el ADN de mi cliente", pero no debemos descartar la posibilidad de una "transferencia de ADN", señaló Bernard Méraud, haciendo alusión a la posibilidad de que una tercera persona lo hubiese colocado allí.

El sospechoso niega categóricamente estar implicado en la desaparición de la pequeña e intentó explicar la presencia del ADN de Maëlys en su coche. "Declaró que la niña subió al vehículo junto a un niño, a la parte trasera, para ver si su perro (el del sospechoso, ndlr) estaba en el maletero", señaló Méraud.

El letrado indicó también que el vehículo de su cliente, estacionado cerca de la sala donde se celebraba la fiesta, tenía las ventanas abiertas, por lo que los niños podrían haberse subido.

Este hombre fue detenido la semana pasada antes de ser liberado. Los investigadores se interesaron en él tras saber que se ausentó de la fiesta en el mismo momento en que Maëlys desapareció y que lavó su auto al día siguiente de la boda.

Sin embargo, fue liberado unos días después, antes de que la policía lo volviera a detener al disponer de nuestras pruebas. Desde la misteriosa desaparición de Maëlys de Araujo el pasado fin de semana, decenas de policías y residentes rastrillan el área boscosa alrededor de la sala en busca de alguna pista para dar con el paradero de la niña.

Además, unas 250 personas, entre ellas los invitados a la boda y personas que asistían esa misma noche a otras dos fiestas en la localidad alpina de 3.500 habitantes, fueron interrogadas.