El accidente aéreo que desmembró al club de fútbol brasileño Chapecoense en 2016 fue provocado por la falta de combustible y dejó al descubierto graves deficiencias de la aerolínea boliviana LaMia, concluye la investigación de la autoridad aeronáutica de Colombia.
El siniestro “se produjo por agotamiento de combustible del avión por consecuencia de una inapropiada gestión de riesgo de la empresa LaMia”, dijo este viernes el coronel Miguel Camacho, jefe del grupo de investigación de accidentes de la entidad.
El aparato con 77 ocupantes se precipitó a tierra el 28 de noviembre de 2016 cuando estaba por aterrizar en el aeropuerto internacional de Rionegro, que sirve a la ciudad colombiana de Medellín.
El Chapecoense, que en 2009 disputaba la cuarta división del fútbol brasileño, se dirigía a disputar su primera final internacional frente al Atlético Nacional de Colombia por la Copa Sudamericana 2016.
En el accidente perdieron la vida 71 personas, entre ellas 19 jugadores, 14 miembros de la comisión técnica y nueve directivos del club del sur de Brasil. Solo seis ocupantes sobrevivieron: una azafata, un técnico de aviación, un periodista y tres jugadores.
El avión que había partido de Bolivia cayó en el Cerro El Gordo, ubicado a unos 2.600 metros de altura en el municipio de La Unión.
Un informe preliminar ya había establecido la falta de combustible como la causa de una de las peores tragedias que ha envuelto al fútbol en las últimas décadas.
La Aeronáutica Civil de Colombia encontró suficiente “respaldo probatorio y técnico” para corroborar esa versión.
Cuarenta minutos antes del accidente se presentó “a bordo de la cabina una indicación de bajo nivel de combustible, desde ese momento el avión ya estaba en una emergencia”, comentó el oficial.
Sin embargo, “la tripulación no anunció esa emergencia al control de tráfico aéreo para pedir una prioridad”, añadió Camacho.
La investigación libera de cualquier responsabilidad a los controladores aéreos de Rionegro.