El Gobierno japonés aprobó este martes el futuro despliegue del dispositivo terrestre de intercepción de misiles Aegis Ashore del ejército estadounidense, para hacer frente a un eventual ataque de misiles balísticosprocedente de Corea del Norte.
“El desarrollo de los programas nuclear y balístico de Corea del Norte ha entrado en una nueva fase de amenaza que es más seria e inminente para nuestro país”, aseguró el Gobierno al finalizar un consejo de ministros.
Dos misiles norcoreanos sobrevolaron territorio japonés este año y Pyongyang amenazó con “liquidar” al archipiélago nipón. A finales de noviembre, el régimen norcoreano también realizó un test de un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) que se estrelló en el mar de Japón.
Tokio prevé introducir el sistema Aegis Ashore en dos lugares distintos para cubrir el conjunto del archipiélago.
Este dispositivo, dotado de potentes radares, completará los medios defensivos antibalísticos de Japón, que ya cuentan con misiles guiados interceptores SM-3, lanzados desde navíos, y misiles tierra-aire Patriot PAC-3, también de tecnología estadounidense.
“Los navíos deben volver a sus bases regularmente […]. Pero con un despliegue terrestre, seremos capaces de operar casi las 24 horas del día, los 7 días de la semana”, sostuvo un responsable del ministerio de Defensa.
Sin embargo, la instalación del Aegis Ashore tomará años. Todavía tiene que firmarse el contrato de compra con Estados Unidos y el coste total de la instalación podría alcanzar los 200.000 millones de yenes (1.500 millones de euros).
El sábado, el diario económico Nikkei afirmó que el Gobierno japonés había previsto un presupuesto de defensa récord de 5,2 billones de yenes (más de 39.000 millones de euros) para el próximo ejercicio fiscal 2018/2019, principalmente para financiar la instalación del sistema Aegis Ashore.
El ministro japonés de Defensa, Itsunori Onodera, declaró recientemente que su país también preveía comprar a Estados Unidos misiles de crucero con un alcance de unos 900 kilómetros, capaces de llegar hasta Corea del Norte.
Una decisión en este sentido sería muy controvertida, pues la Constitución de Japón, pacifista, prohíbe la utilización de la fuerza para solucionar disputas internacionales.
Aún así, el primer ministro Shinzo Abe, nacionalista, no oculta su intención de revisar la Constitución para ampliar el margen de maniobra de las Fuerzas japonesas de autodefensa.