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La fiscalía francesa pidió dos años de prisión para el ex presidente Nicolas Sarkozy

La fiscalía financiera francesa solicitó este martes cuatro años de cárcel, dos de ellos firmes, contra el ex presidente Nicolas Sarkozy, juzgado en París por corrupción y tráfico de influencias.

La fiscalía pidió la misma pena contra sus co-acusados, el ex magistrado Gilbert Azibert y el abogado habitual de Sarkozy, Thierry Herzog. Para este último pidió también una prohibición de cinco años de ejercicio.
Sarkozy había dicho que “nunca” ha cometido “el mínimo acto de corrupción” y, en el inicio de su interrogatorio en el proceso en el que es juzgado, aseguró que buscará “aclarar la verdad”.
El expresidente, quien gobernó Francia del 2007 al 2012, criticó los medios colosales desplegados por la Fiscalía Nacional Financiera en la investigación y le acusó de haberle ocultado elementos de la pesquisa para dañar su derecho a la defensa.

Los cargos de corrupción y tráfico de influencias conllevan una pena máxima de 10 años y una multa de un millón de euros (1,2 millones de dólares).

Sarkozy es sospechoso de haber intentado corromper, junto con Herzog, a Azibert, cuando era juez del Tribunal Supremo.
Según la acusación, el ex mandatario buscaba obtener informaciones cubiertas por el secreto profesional, e influir en las diligencias abiertas ante la alta jurisdicción relacionada con el caso Bettencourt, sobreseído a finales de 2013.

A cambio, habría ofrecido a Azibert su ayuda para obtener un puesto de prestigio al que éste aspiraba en Mónaco, aunque nunca lo obtuvo.
El presunto caso de corrupción que está siendo juzgado fue sacado a la luz en las conversaciones telefónicas de Sarkozy con su abogado, intervenidas en otro proceso, el de presunta financiación de su campaña de 2007 con dinero del régimen libio de Muamar Gadafi.

Este juicio es inédito ya que Sarkozy es el primer expresidente de Francia desde la instauración de la V República (1958) en sentarse físicamente en el banquillo de los acusados.

Antes de él, solo Jacques Chirac, su antecesor y mentor político, fue juzgado y condenado por malversación de fondos públicos cometida cuando era alcalde de París, pero debido a problemas de salud nunca compareció ante la corte.
Sarkozy, abogado de formación, ha acusado durante mucho tiempo a la justicia francesa de tener una vendetta contra él.

Volverá a los tribunales en marzo de 2021 junto con otras 13 personas por la presunta financiación irregular de su campaña a las presidenciales de 2012.
La fiscalía acusa al equipo de Sarkozy de utilizar un esquema de facturas falsas orquestado por la empresa de relaciones públicas Bygmalion para gastar cerca de 43 millones de euros en la campaña, casi el doble del límite legal.

Sus numerosos problemas legales obstaculizaron su regreso a la política. Perdió como candidato de la derecha frente a su ex primer ministro François Fillon en 2016.

Sin embargo, al igual que otros expresidentes franceses, Sarkozy goza de una gran popularidad desde que anunció su retiro de la política en 2018.

Cientos de admiradores hicieron cola en las librerías este verano para que firmara una copia de sus últimas memorias “El tiempo de las tormentas”, que encabezó la lista de los libros más vendidos durante semanas.