Cinco siglos después de que los hermanos Atahualpa y Huáscar libraran una cruenta guerra civil por el trono del imperio Inca, los hijos del expresidente peruano Alberto Fujimori protagonizan un conflicto que dejó su primera víctima, el mandatario Pedro Pablo Kuczynski.
El conflicto entre Keiko y Kenji Fujimori estalló en diciembre, cuando ambos hermanos ocuparon trincheras opuestas ante una primera moción de destitución de Kuczynski, pero se profundizó el martes con la difusión de un video comprometedor que precipitó la renuncia del presidente.
Líderes de Fuerza Popular, el partido que lidera Keiko, difundieron el video en que aparece Kenji tratando de convencer a otro legislador fujimorista para que rechazara en diciembre, a cambio de favores políticos, la destitución de Kuczynski.
Minutos después de la difusión de video comenzó el fuego cruzado entre los hermanos.
“Con profunda decepción y dolor el Perú vuelve a ser testigo de negociaciones para la compra de Congresistas. Lamento aún más que mi propio hermano se encuentre envuelto en estas prácticas que tanto daño nos hicieron como peruanos y como familia”, escribió Keiko en Twitter.
“Lamento las bajezas y actitudes delincuenciales de Fuerza Popular y de mi hermana Keiko al operar con esas actitudes, grabando de manera oculta y tergiversando información”, respondió Kenji.
Fue precisamente un video el que precipitó la caída de Alberto Fujimori el año 2000, al dejar en evidencia las maniobras de su gobierno para comprar votos de legisladores.
“Es un ajuste de cuentas”
“Qué paradojas del destino con un video cayó el padre de Keiko, ahora con un video hace caer a Kuczynski y se lleva a su hermano. Pero esto no va tampoco a poner en una mejor situación política a Fuerza Popular”, dijo a la Agence France-Presse el analista Luis Benavente.
Los analistas creen que en el corto plazo Keiko, de 42 años y dos veces candidata presidencial, se anotó un triunfo sobre su hermano menor, de 37 años, quien también tiene ambiciones presidenciales.
“Kenji es difícil que pueda levantar cabeza. Lo peor que le puede suceder a un partido político es lo que le sucedió ayer a Kenji”, declaró a la Agence France-Presse el historiador y sociólogo Nelson Manrique.
“Es un ajuste de cuentas (…). A cierto plazo Keiko sería la ganadora, pero creo que ha abierto una caja de pandora”, añadió.
“Segunda batalla 500 años después”
El 1 de marzo Kenji renunció al partido de Keiko un día después de que el exjefe de la constructora brasileña Odebrecht en Perú revelara a fiscales peruanos que en 2011 aportó 1,2 millones de dólares a la campaña electoral de su hermana. La fiscalía mantiene abierta una investigación contra Keiko por este caso.
El menor del clan Fujimori argumentó entonces que el partido de Keiko “ya no tiene autoridad moral”.
Y su hermana le devolvió el golpe con la difusión del video comprometedor.
Los desacuerdos públicos entre los hermanos Fujimori comenzaron hace un año y medio, pero se agudizaron en diciembre cuando Kenji lideró a los 10 legisladores fujimoristas que se abstuvieron en la votación en el Congreso y evitaron así que Kuczynski fuera destituido.
Tres días después, Kuczynski indultó a Alberto Fujimori, de 79 años, quien cumplía una condena de 25 años de prisión por dos matanzas perpetradas durante su gobierno (1990-2000).
El perdón presidencial constituyó un triunfo personal para Kenji, pues según analistas, a Keiko no le interesaba conseguir el indulto por temor a que su padre le disputara el liderazgo político.
Hasta la difusión del video, Kenji era el político mejor evaluado por los peruanos, con 48% de aprobación, según un sondeo de Ipsos de febrero. En las dos últimas elecciones fue el candidato al Congreso más votado, pero ahora el Congreso inició un proceso para desaforarlo.
Aunque se mantiene como principal fuerza política en Perú, el partido de Keiko perdió la mayoría absoluta que poseía en el Congreso con la salida de Kenji y de otros 12 legisladores en las últimas semanas.
“Después de casi 500 años tenemos una segunda batalla entre hermanos por el poder en el Perú, la última fue entre Huáscar y Atahualpa que tuvo 200.000 muertos. Éste (de los Fujimori) es un enfrentamiento más político y de opinión pública, pero igualmente diría que bastante sangriento”, expresó el analista Benavente.
La guerra civil entre Atahualpa y Huáscar debilitó al imperio Inca y facilitó que cayera en manos de los conquistadores españoles.