Sobre los desmanes que se viven en Washington todos los ojos apuntan hacia un responsable: Donald Trump. El presidente se niega aún a aceptar la victoria de Joe Biden y convocó a sus miles de seguidores a la capital del país para rechazar lo que él denomina el robo a las elecciones. Lo que sucedió ha impactado al mundo entero.

Ni en las más crueles películas de acción se habían visto escenas como las de este miércoles en el capitolio americano. En el gran edificio abovedado del Capitolio de Estados Unidos, inicialmente fuera de la vista de las cámaras, ocurrieron escenas que parecían bastante similares a un golpe de estado. Los simpatizantes de Trump, ondeando sus banderas azules y los gorros rojos de la campaña, irrumpieron en el edificio y avanzaron derecho a la cámara de debates.

En medio de esa intensa jornada, una cuenta de Twitter no paraba: la de Donald Trump. El magnate empujaba las protestas desde sus trinos de 14 caracteres. A pesar de que pidió calma y llamó a la Guardia Nacional a resguardar el emblemático edificio, en el fondo todos saben que su intención era otra. Twitter, que ha sido muy crítico con el magnate, tomó una decisión radical.

Le suspendió la cuenta por 12 horas y amenazó que podrá mantener permanentemente esa medida. Por ahora, aseguró que le bajará el alcance a lo que denominó “mensajes contradictorios” y retiró un video de Trump con simpatizantes violentos en Washington. Facebook también tomó medidas y eliminó el video de Donald Trump hablando este miércoles. Poco después se sumó Instagram.