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Los desafíos económicos a los que deberá enfrentarse Vladimir Putin

La jornada de este domingo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, logró la reelección para su cuarto periodo al mando del país, tras lograr el 76,7% de los votos, según resultados casi definitivos, una victoria aplastante que refuerza su posición en la crisis con los países occidentales y que le mantendrá en el poder hasta 2024.
 
A pesar del apoyo mayoritario en las urnas -aunque con diversas acusaciones de fraude- Putin tendrá que resolver, una serie de desafíos económicos en su cuarto mandato, si quiere evitar que Rusia caiga en una grave crisis.
 
La falta de mano de obra
 
Rusia, que tiene 146,9 millones de habitantes, ha perdido cinco desde 1991 por la grave crisis demográfica posterior a la caída de la URSS.
 
La generación nacida en los primeros años postsoviéticos, marcados por la baja natalidad, está llegando ahora al mercado laboral. Pero hay el riesgo que falte mano de obra calificada y que eso frene el crecimiento.
 
“Tendremos menos jóvenes en los próximos 10 a 15 años. Por eso un joven especializado con nuevas aptitudes (…) será muy valioso”, advirtió recientemente el exministro de Finanzas liberal Alexei Kudrin.
 
La reforma de las jubilaciones
 
La edad de jubilación en Rusia —55 años para las mujeres y 60 para los hombres– es un de las más bajas del mundo. Y aunque las pensiones son muy pequeñas, el sistema está en peligro por el declive demográfico.
 
Vladimir Putin reconoce que es necesaria una reforma pero de momento la ha postergado.
 
Los sectores liberales, como el que representa Kudrin, propone aumentar gradualmente la edad de jubilación a 63 años. Pero la reforma, que existe desde la época soviética, podría ser muy impopular en un país donde muchos jubilados tienen problemas para llegar a fin de mes.
 
El Kremlin anunció el viernes que está preparando una reforma para que las jubilaciones aumenten más rápido que la inflación.
 
Atraer a los inversores
 
Putin suele prometer a los inversores extranjeros mejorar el clima para los negocios, lastrado según él por la burocracia.
 
Pero según Chris Weafer, fundador de la consultora Macro Advisory, “Rusia debe atraer más inversión extranjera, debe crear un entorno de competencia favorable, con un rublo débil, impuestos bajos para la industria e incentivos a la inversión, y reducir la burocracia”.
 
Según el analista, “la necesidad de inversión extranjera es la razón por la cual el Kremlin no ha respondido a las últimas sanciones estadounidenses, ya que no quiere que se vuelva más difícil para los inversores extranjeros acudir a Rusia”.
 
El viernes el Kremlin pidió al primer ministro Dmitri Medvedev y a la presidenta del banco central Elvira Nabiúllina un plan antes del 15 de julio para reforzar las inversiones de la economía rusa, todavía muy dependiente de los hidrocarburos.
 
Diversificar la economía
 
Pese a las promesas del gobierno, Rusia, rica en reservas de hidrocarburos, sigue sometida a la fluctuación de los precios, como reveló la crisis de 2015 y 2016.
 
“Esto claramente es negativo para las perspectivas de crecimiento”, según el banco Alfa.
 
Para romper esta dependencia, Chris Weafer sugiere apostar por la creación de pequeñas empresas otorgándoles créditos “más accesibles”.
 
También alienta a invertir en robótica, tecnologías “inteligentes” y en inteligencia artificial.
 
Lev Jakobson, profesor de la Alta Escuela de Economía de Moscú, cita por su parte el ejemplo del “impresionante crecimiento de la productividad del sector agrícola” que bate récords tanto en cosechas como en exportaciones.
 
Aumentar la productividad
 
“La economía es muy ineficaz. Esto se debe a la herencia del sistema soviético y al crecimiento fácil de la riqueza petrolera entre 2000 y 2013”, estima Weafer. “Hay muchas ineficiencias en el sistema que, si fueran corregidas, podrían conducir a un fuerte crecimiento”
 
El experto cita el caso del sector petrolero que, acuciado por la crisis, aumentó su producción a un promedio de 740.000 barriles al día entre agosto de 2014 y noviembre de 2016. “La industria se vio obligada a volverse más eficaz e innovadora”, asegura.
 
Para modernizar las grandes empresas, el gobierno lanzó varios planes de privatización pero el papel del Estado en la economía quedó nuevamente reforzado en los últimos años, en los que el gigante petrolero Rosneft creció considerablemente.