España, uno de los países más golpeados con la pandemia del COVID-19 en Europa, está pasando por complicados momentos debido a los múltiples rebrotes que están surgiendo en diversas comunidades autónomas.
La nación ibérica -que en marzo llegó a ser el país con más infectados, sumando casi mil muertes diarias por coronavirus- había pasado lo peor, sin esperar que el SARS-CoV-2 nuevamente emergiera en sitios puntuales.
Con el fin del estado de alarma decretado por el presidente Pedro Sánchez, el que se concretó el 20 de junio pasado, se iniciaron las reaperturas de diversas actividades no esenciales. Bares, restaurantes y el fútbol regresaron con estrictas medidas de seguridad.
Los casi mil casos nuevos detectados durante el viernes hacen que todo el avance peligre y que el fantasma de una nueva cuarentena retorne, dejando su sello en la salud mental y en la economía de los españoles.
Cataluña se transformó en el epicentro de los rebrotes de coronavirus en España. Durante su último balance, la comunidad autónoma reportó 1.343 casos nuevos y 13 decesos, una cifra altísima considerando que se tratan de focos puntuales.
Lo peor en este caso es que el COVID-19 volvió a entrar a los hogares de ancianos, los más afectados con la gran primera ola de marzo. Según lo publicado por La Vanguardia, se han registrado varias muertes en este tipo de recintos. Uno de los casos más preocupantes es el de la residencia de Alcarràs (Segrià), donde ha fallecido una persona y hay más de 80 ancianos contagiados.
Los albergues de refugiados y trabajos de los temporeros en los campos han sido otros focos que han tenido rebrotes de la enfermedad.
Las acusaciones sobre la fuerte reaparición de la enfermedad han recaído sobre el presidente del gobierno catalán, el independentista Quim Torrá. Algunas figuras, como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lo han culpado directamente de no haber tomado a tiempo las medidas de aislamiento y trazabilidad de los casos.
El Ministerio de Sanidad avisó durante el mes de junio que en la ciudad catalana de Lleida no se ha logrado cumplir con las metas de rastreo para el avance de la fase 3 de desconfinamiento. Aquello sería preocupante, ya que se contaría con poca información para seguir los positivos.
La llegada del verano y las vacaciones genera cierta preocupación, especialmente por los viajes y las playas llenas. Ante esto, las autoridades han pedido a los habitantes de diversos municipios que no salgan de la región, considerando que el resto del país mantiene una situación relativamente controlada.