Más de 720 personas fueron detenidas y 45 policías resultaron heridos en la quinta noche consecutiva de disturbios en Francia por la muerte de un adolescente a manos de un policía, aunque de acuerdo con el Gobierno francés fue una noche "más tranquila" que las precedentes.
"Noche más calmada gracias a la acción resuelta de las fuerzas del orden, que han efectuado 427 detenciones desde el comienzo de la velada", había señalado el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, a través de su cuenta de Twitter a las 03.00 horas (01.00 GMT).
Cinco horas después, el diagnóstico de menos incidentes fue confirmado por su cartera al poner al día el total de detenciones de la noche hasta 719, mientras que el día precedente a la misma hora Interior había reportado 994 (posteriormente a elevadas a 1.311).
El resultado de los altercados también incluye 871 incendios en la vía pública y desperfectos en 74 edificios, cifras que suponen menos de la mitad del día anterior.
Para tratar de mantener el orden, el Gobierno había decidido mantener el amplio dispositivo policial de 45.000 agentes desplegados en las calles, con especial presencia en lugares como Marsella y Lyon, que habían pedido refuerzos a la vista de la virulencia de los altercados que habían sufrido la noche precedente.
También en esas ciudades la noche fue más tranquila, aunque se vieron aún escenas de tensión. Igualmente, en París, un numeroso contingente policial tuvo que intervenir para abortar incidentes en la avenida de los Campos Elíseos poco antes de la medianoche.
El detonante de esta oleada de altercados fue la muerte de un joven de 17 años y ascendencia árabe llamado Nahel, que recibió un disparo mortal por parte de un policía cuando trataba de huir de un control policial en Nanterre, en la periferia de París, el pasado 27 de junio.
Las imágenes del incidente, grabadas por testigos, desataron una fuerte indignación en el país, lo que degeneró en disturbios sobre todo en los barrios populares de las grandes ciudades y en el cinturón metropolitano de París.
El entierro del joven se celebró este sábado en Nanterre en la intimidad, por deseo de la familia, que quería una jornada de "discreción" y "recogimiento"