El secretario de Salud de Estados Unidos, Alex Azar, en la foto, ha dimitido de su cargo con efecto el 20 de enero como acto de rechazo a la “lenta respuesta” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al asalto del Capitolio.
Azar envió la carta de su dimisión el pasado lunes 12 de enero y en ella asegura que el asalto amenaza con “dañar” los logros de la Administración de Trump, de la que empezó a formar parte en 2018.
En su carta de dimisión, hace especial mención a la Operación Velocidad de Curvatura, encargada de financiar y distribuir la vacuna contra el coronavirus en el país.
“El ataque al Capitolio es un asalto a nuestra democracia y la tradición de la transición pacífica de poder que los Estados Unidos fueron los primeros en traer al mundo”, dice Azar en la carta que ha hecho pública este viernes.
El secretario de Salud “implora” a Trump que continúe “condenando de manera inequívoca cualquier forma de violencia” y que pida que nadie intente interrumpir las actividades de la toma de posesión de Biden que se celebrará el próximo miércoles.
Azar justifica su permanencia hasta el final de su mandato debido a la necesidad de entregar vacunas contra el coronavirus y la necesidad de que haya “una transición suave” entre su equipo y el designado por Biden.
Azar es el tercer secretario del Gobierno que dimite tras el asalto al Capitolio del día 6 de enero en el que murieron cinco personas y por el que cientos de personas han sido detenidas en todo el país.
Previamente, la secretaria de Transportes, Elaine Chao, y la secretaria de Educación, Betsy DeVos también habían dejado su cargo, mientras que las dimisiones en niveles inferiores se cuentan por decenas.
Trump, planea abandonar la ciudad de Washington DC en la mañana misma del miércoles 20 de enero, horas antes de que Joe Biden, su sucesor, sea jurado en el cargo, según informó este viernes el Washington Post.
Trump, que niega los resultados de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 y ha acusado fraude en numerosas ocasiones y sin evidencias, ya había anunciado sus intenciones de no participar de la ceremonia de asunción de Biden, rompiendo de esta forma una larga tradición de la democracia estadounidense.
En estas últimas semanas la imagen del presidente se ha visto golpeada con fuerza, especialmente luego de que sus seguidores, motivados por una arenga realizada por Trump, irrumpieran violentamente en el Capitolio durante la sesión especial del 6 de enero para certificar la victoria de Biden, dejando un saldo de cinco muertos, decenas de heridos y numerosos arrestos.