Benjamín Netanyahu, que -con el 97 por ciento de los votos escrutados- acaba de ganar por la mínima en las elecciones israelíes celebradas ayer martes, se encamina hacia su quinto mandato como primer ministro, un récord en el país que le llevaría a superar al histórico David Ben Gurión.
En la que parecía una de las elecciones más difíciles que le tocó afrontar, Netanyahu y su partido, el Likud, se han impuesto nuevamente, aunque sacando el mismo número de escaños que su principal contrincante, Beni Gantz.
Según los analistas, todo parece indicar que formará una coalición de derecha que le permitirá encabezar un nuevo gobierno israelí.
Así, el apodado "Bibi" demostró una vez más la astucia política que lo caracteriza y logró sobreponerse a los obstáculos que se le presentaron en una de las campañas más reñidas en mucho tiempo.
A fines de febrero, cuando el fiscal general del Estado anunció que le imputaría por tres causas distintas de corrupción, incluyendo cargos de fraude y soborno, su continuidad en el poder parecía tambalearse.
Sin embargo, y confirmando la inquebrantable lealtad de sus seguidores, esta decisión terminó siendo un traspié que no tuvo un gran impacto en su popularidad.