La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó a la comunidad mundial ante la aparición de la nueva variante del coronavirus, denominada Ómicron, al considerar que puede implicar "graves consecuencias" por presentar un "riesgo muy alto".
Según un documento publicado por el organismo, la cepa tendría potencial de ser más resistentes a la inmunización y más contagiosa, habiendo un "alto" riesgo de que se propague por el mundo.
"Puede haber nuevas olas de COVID-19 con graves consecuencias, dependiendo de muchos factores, como el lugar donde esas olas ocurran", afirmó la OMS.
Ante estos riesgos, la OMS pidió a sus estados miembros que tomen determinadas acciones prioritarias, entre ellas "acelerar la vacunación contra la COVID-19 lo antes posible, especialmente entre población de riesgo que siga sin inocular".
También solicitó a todos los países que aumenten las medidas de vigilancia, que reporten posibles casos o brotes asociados con la variante, y que los laboratorios incrementen los trabajos de secuenciación necesarios para analizar la estructura del coronavirus.
La OMS no recomendó en el informe técnico abiertamente que prohíban los vuelos a determinadas regiones, señalando únicamente que las autoridades nacionales "deben usar bases científicas a la hora de ajustar de forma puntual las medidas en torno a los viajes internacionales".
Admitió, en todo caso, que por ahora los casos de la Ómicron que se han detectado ya en cuatro regiones (África, Europa, Oriente Medio y Asia Oriental) están relacionados con los viajes, aunque "es de esperar que el principal origen de los casos vaya cambiando a medida que se va obteniendo más información".
El primer caso de Ómicron confirmado se detectó en un espécimen recolectado el 9 de noviembre en Sudáfrica, y apenas dos días después ya se confirmó otro con la misma variante en la vecina Botsuana.