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OMS cree que la pandemia del Covid-19 podría estabilizarse, pero llamó a no relajarse

La pandemia de coronavirus podría entrar en una nueva fase en la región europea con "esperanza plausible" de estabilización, aunque es necesario seguir alerta, advirtió esta jornada la Organización Mundial de la Salud (OMS).
 
"La pandemia está lejos de haberse acabado, pero espero que podamos terminar la fase de emergencia en 2022 y afrontar otras amenazas a la salud que requieren nuestra atención de forma urgente", señaló el director de la oficina regional para Europa de la OMS, Hans Kluge.

La fase actual está marcada por el "barrido" de la variante ómicron en la región, que ya supone el 31,8% de los nuevos casos, un 15% más que la semana anterior. "Mientras ómicron parece causar enfermedad menos severa que delta, seguimos viendo un rápido aumento en las hospitalizaciones por el alto número de infecciones, al que hay que añadir la carga provocada por delta y la elevada cifra de ingresos secundarios", agregó.
 
"Esta pandemia, como todas las anteriores, terminará, pero es demasiado pronto para relajarse. Con los millones de infecciones en el mundo en semanas recientes y venideras, la inmunidad decreciente y la estacionalidad, es casi una obviedad que emergerán y volverán nuevas variantes del Covid-19", admitió la OMS.

Aun así, Kluge no cree que habrá más confinamientos generalizados gracias al sistema de control, la alta vacunación y medidas como la ventilación, acceso a antivirales, los test y la protección de los grupos de riesgo con mascarillas de alta calidad y distancia física.

Según los datos, Europa ha registrado 123 millones de casos en dos años, el equivalente a la población combinada de Francia e Italia y un tercio del total de infecciones global; la cifra de muertes asciende a 1.734.427, lo que supone 2.369 al día o casi cien a la hora, mientras que el 65% de la población total en la región ha recibido al menos una dosis de la vacuna.

La OMS recordó, no obstante, las "enormes desigualdades" en el acceso a las vacunas, que ayudan a impulsar la transmisión, prolongan la pandemia y aumentan la posibilidad de nuevas variantes.