El príncipe Mohamed bin Salman y otros altos cargos de la monarquía saudítienen responsabilidad en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Estambul (Turquía), según los resultados de una investigación de Naciones Unidas publicados hoy.
La conclusión aparece en un informe de 100 páginas presentado por la relatora de Naciones Unidas para las ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, quien visitó este año Turquía para investigar los sucesos del 2 de octubre de 2018 en el consulado saudí.
En el documento, que la próxima semana será presentado oficialmente ante el Consejo de Derechos Humanos, Callamard pide a la comunidad internacional que aumente las sanciones contra el príncipe saudí y sus propiedades, "hasta que pueda probar que no tiene ninguna responsabilidad".
El periodista "fue víctima de una ejecución deliberada y premeditada por la que Arabia Saudí es responsable bajo las leyes internacionales en materia de derechos humanos", concluye el informe de Callamard, elaborado tras seis meses de investigaciones.