La ONU pidió hoy al Gobierno de Arabia Saudita entrar en razón y liberar a Salma Al-Shehab, una mujer que acaba de ser condenada a 34 años de cárcel por hacer comentarios críticos en Twitter sobre la situación de los derechos humanos en ese país.
La mujer –quien es estudiante de doctorado y madre de dos hijos– fue condenada por difundir "rumores" y retuitear a disidentes, según señalan los documentos judiciales.
Al-Shehab fue detenida el 15 de enero de 2021, mientras vacacionaba junto a su familia en ese país, pocos días antes de que tuviera previsto regresar al Reino Unido, donde reside ya que es investigadora en la Universidad de Leeds.
La mujer estuvo encarcelada más de 285 días antes de que su caso fuera remitido al tribunal, que emitió el fallo. Además del encarcelamiento, la sentencia incluye una prohibición por otros 34 años de salir de Arabia Saudita.
El dictamen se produce en medio de la represión del príncipe heredero, Mohammed bin Salman, contra la disidencia.
La decisión ha suscitado una creciente condena mundial. Activistas y abogados consideran que la sentencia contra Salma al-Shehab es escandalosa incluso para los estándares de justicia saudíes. Esta jornada, la ONU se sumó al emplazamiento.
"Urgimos a las autoridades saudíes a que dejen sin efecto su condena y liberarla de inmediato y de forma incondicional", dijo la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la entidad, Liz Throssell.
"Esta sentencia, extraordinariamente larga, tiene un terrible efecto entre los críticos del gobierno y la sociedad civil en general, y es otro ejemplo de cómo las autoridades saudíes usan las leyes sobre terrorismo y cibercriminalidad para intimidar y vengarse de defensores de los derechos humanos y cualquier voz disidente", comentó Throssell.
La ONU pide ahora no solo que se libere a Al-Shehab, sino que se revisen todas las condenas por el ejercicio pacífico del derecho a la libre expresión de cualquier ciudadano saudí, incluidas mujeres procesadas por reclamar que se reforme el sistema discriminatorio que rige en el país, así como periodistas y líderes religiosos.
