Científicos de Estados Unidos miraron con atención el caso de John Hollis, un hombre del estado de Virginia, a quien se le detectaron “superanticuerpos” que le permitirían enfrentar todo tipo de coronavirus, incluyendo el SARS-CoV-2.
Según lo informado por WBT, el hombre de 54 años, que trabaja como gerente de comunicaciones de la Universidad George Mason en Fairfax, se enteró en julio de 2020 que pertenecía a una categoría poco común de personas cuya sangre podría ayudar a los científicos a comprender el COVID-19 y potencialmente tratar a quienes enferman.
Todo surgió cuando una persona cercana al trabajador enfermó gravemente del virus. Hollis se realizó los exámenes para saber si también se había infectado. En ese momento los especialistas encontraron que su sangre estaba fortificada con superanticuerpos, los que neutralizaron el coronavirus al diluirlo, sin infectar las células.
En lo concreto, los anticuerpos del paciente se adhirieron a las espículas y el virus no pudo pegarse a las células e infectarlas. En situaciones normales, los anticuerpos que se generan para combatir el virus atacan las proteínas de las espículas del coronavirus, formaciones puntiagudas en la superficie del Sars-CoV-2 que le ayudan a infectar las células humanas.
El descubrimiento sorprendió a los especialistas, ya que solo el 1% de la población tiene una fuerza de neutralización en contra de los coronavirus. Por lo mismo, el caso podría ser clave para entender cómo se puede abordar la pandemia desde el tratamiento a los pacientes