El papa emérito Benedicto XVI hizo una defensa apasionada del celibato sacerdotal diciendo que no puede quedarse callado mientras que su sucesor, el papa Francisco, considera suavizar la prohibición de que hombres casados sirvan como sacerdotes.
“Al igual que él podemos decir: ‘¡Silere non possum! ¡No puedo quedarme callado!”, escribieron Benedicto y el cardenal Robert Sarah en una introducción conjunta a un libro que escribieron conjuntamente, según extractos publicados por el diario francés Le Figaro el domingo. “No puedo, no puedo quedarme callado o fingir ignorancia”.
“Hacemos esto en un espíritu de amor por la unidad de la Iglesia”, escribieron los dos religiosos.
La edición francesa del libro titulado “From the Depths of Our Hearts” (Desde las profundidades de nuestros corazones) será lanzado en Francia el miércoles. Se espera una edición en inglés a fines de febrero. El papa Benedicto se retiró en 2013 y se ha mantenido alejado de compartir sus pensamientos sobre cualquiera de las medidas adoptadas por su sucesor o cualquiera de los problemas que rodean a la iglesia.
En el libro, el pontífice de 92 años argumenta a favor de la tradición centenaria del celibato dentro de la iglesia, defendiendo la capacidad de “ponerse completamente a disposición del Señor” como criterio para quienes desean ser ordenados sacerdotes. “El estado civil concierne al hombre como un todo y la igualdad del servicio para el Señor requiere la ofrenda completa del hombre, no parece posible lograr simultáneamente ambas vocaciones”.
“El llamado a seguir a Jesús no es posible sin esta señal de libertad y de renuncia a todos los compromisos “, escribió el papa Benedicto, diciendo que cree que el celibato tiene “un gran significado” y es “verdaderamente esencial” cuando el camino de un sacerdote hacia Dios se convierte en el fundamento de su vida.
“El celibato, debe penetrar, con sus requisitos, todas las actitudes de la existencia”.
“No puede haber estabilidad si no ponemos nuestra unión con Dios en el centro de nuestra vida” escribió