La Policía Nacional del Perú (PNP) confirmó que una turba linchó a un ciudadano canadiense al que acusó de haber asesinado el jueves pasado a la líder del pueblo amazónico shipibo-konibo Olivia Arévalo, indicó el Ministerio del Interior.
Según la información oficial, peritos de la Dirección de Criminalística (Dirincri) de la PNP "identificaron plenamente el cuerpo del ciudadano canadiense Sebastián Paul Woodroffe".
El hombre, quien vivía en la zona donde se produjeron los hechos, fue "ultimado por una turba, acusado de haber asesinado" a Arévalo y su cadáver ya ha sido trasladado a la morgue de la ciudad amazónica de Pucallpa, puntualizó.
"La prueba relacionada con absorción atómica, que determinará si el canadiense disparó a la nativa, fue enviada a Huancayo", explicó la nota acerca de la investigación del caso.
El canadiense fue señalado por supuestos testigos como el hombre que llegó hasta la casa de Arévalo, en la comunidad de Victoria Gracia, en la región de Ucayali, para pedirle un canto de curación, tras lo cual efectuó dos disparos al aire y otros tres contra la líder indígena, que le causaron la muerte.
Medios regionales como Pucallpa Noticias y Gaceta Ucayalina aseguraron que el sospechoso, quien residía en Yarinacocha, al parecer fue capturado y linchado por habitantes indígenas poco después del asesinato de Arévalo.
Tras conocerse esta noticia, la Defensoría del Pueblo manifestó "su rotundo rechazo ante el linchamiento y homicidio del presunto autor del asesinato" de Arévalo y pidió a las autoridades "una profunda investigación" del suceso.
El departamento de Interior señaló que representantes del Ministerio Público y la Policía "continúan las pesquisas sobre la muerte del ciudadano extranjero".
Agregó que en la zona está un equipo especial dirigido por el jefe de la región policial Huánuco-San Martín-Ucayali, general Jorge Lam, con el objetivo deintensificar las investigaciones para resolver el crimen de Arévalo.
Además, un equipo especial de la División de Homicidios de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) ha sido enviado desde Lima junto con un representante del Ministerio Público.
Arévalo era una reconocida defensora de los derechos culturales del pueblo shipibo-konibo.
Tras su asesinato, el primer ministro de Perú, César Villanueva, afirmó que estaba "muy consternado" y prometió que el crimen no quedaría impune.
El pleno del Congreso peruano guardó un minuto de silencio en memoria de la líder, mientras que la Defensoría anunció que haría un seguimiento a las investigaciones de la Policía y la Fiscalía sobre el crimen.