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Polémica en Japón por caso de concejala que fue amonestada por llevar a su hijo a una sesión municipal

Ogata dejó a su bebé con una amiga y regresó poco después al pleno, que empezó la sesión con 40 minutos de retraso, motivo por el que fue amonestada y que también llevó a la concejala a ofrecer disculpas durante su intervención en el pleno.

Una concejala japonesa que fue expulsada la semana pasada del pleno municipal de Kumamoto, ciudad del sur de Japón, por acudir con su hijo de siete meses a una sesión, fue amonestada por violar las normas municipales y debió ofrecer disculpas a sus compañeros de trabajo.

Según recogen hoy medios locales, la asamblea municipal de Kumamoto consideró que Yuka Ogata, de 42 años, es responsable de obstruir el flujo de la sesión del pasado 22 de noviembre, a la que se presentó acompañada de su hijo y que, tras una discusión con sus compañeros, se vio obligada a abandonar junto al niño.

Ogata dejó a su bebé con una amiga y regresó poco después al pleno, que empezó la sesión con 40 minutos de retraso, motivo por el que fue amonestada y que también llevó a la concejala a ofrecer disculpas durante su intervención en el pleno.

En la sesión de ayer, otro concejal reprendió a la mujer y dijo "que un legislador que está en posición de crear reglas, no debería violar las mismas", según la agencia japonesa de noticias Kyodo.

No obstante, ninguna norma prohíbe la asistencia de menores a las reuniones municipales, por lo que el niño fue expulsado bajo el pretexto de que como "visitante" debía esperar sentado en la galería pública.

El caso de esta concejala ha generado todo un debate en Japón en torno a la conciliación familiar en el país asiático, donde la falta de plazas en las guarderías y las jornadas de trabajo intensivas, ponen en una situación complicada a muchas familias.

Según explicó la edil independiente, su objetivo al llevar a su bebé al trabajo era demostrar "las dificultades que atraviesan las mujeres que intentan hacer malabarismos con sus carreras y criar a sus hijos".

Japón es uno de los países desarrollados con una tasa de empleo femenino más baja, y con menor representación de la mujer entre los altos cargos del sector público y privado, un hecho motivado por la falta de otras alternativas para conciliar la familia y el trabajo.

Según un informe del World Economic Forum publicado a principios de noviembre, Japón ocupa el puesto 114 (de 144) en el ranking que mide la paridad de género, situándose por detrás de China, que se encuentra en el 100.

Frente a esta situación, el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, lanzó el plan conocido como "Womenomics", que busca resolver los desequilibrios del mercado laboral nipón y apoyar la natalidad, dos de los principales desafíos que afronta su Gobierno.