El presidente ruso Vladimir Putin generó una fuerte polémica por sus dichos transfóbicos. De hecho, no sólo rechazó la inclusión de las personas trans, sino que también negó la perspectiva de género que se está dando en las políticas de Estado y en el lenguaje.

“Si alguien piensa que mujeres y hombres son lo mismo, entonces que así lo piense. Pero debe haber sentido común”, afirmó Putin. “Sigo con el enfoque tradicional de que una mujer es una mujer, un hombre es un hombre, una madre es una madre y un padre es un padre”.

Además, subrayó que “espero que nuestra sociedad tenga la protección moral interna que dictan las confesiones religiosas tradicionales de la Federación Rusa”.

El mandatario ruso también espera que Rusia “tenga suficientes sistemas internos de protección contra este oscurantismo” y “combatirlo no con órdenes directas y gritos y acusaciones”, sino a través del apoyo a los valores tradicionales.

La persecución a las diversidades y disidencias sexuales

No es la primera vez que Vladimir Putin emite estos dichos transfóbicos. También ha señalado que los derechos a las personas de la comunidad LGBTIQ+ son “virus liberales occidentales que se propagan en la sociedad rusa”.

En la década reciente, la diversidad sexual en Rusia ha sido materia de preocupación debido a las denuncias de distintas organizaciones por la constante persecución legislativa de Rusia. Esto data de 2013, cuando se votó una ley contra la “propaganda” homosexual destinado a niños, niñas y adolescentes.

Esta polémica norma motivó la prohibición de los desfiles del orgullo, las banderas arcoíris y otros estandartes de las diversidades y disidencias sexuales. A esto se suma que desde el año pasado hay una ley que ratifica el matrimonio entre un hombre y una mujer, por lo que no hay margen de legalidad para el matrimonio igualitario.