El presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cumplió con su promesa de no ir a la Cumbre de las Américas. Luego de varios días de incertidumbre confirmó, en el primer día de la Cumbre, que no asistirá al evento en Los Ángeles, California, y que encabeza su homólogo, el presidente Joe Biden.
“…No voy a asistir a la Cumbre, va en mi representación y en la del Gobierno, (el canciller) Marcelo Ebrard y no voy a la Cumbre porque no se invita a todos los países de América… y yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos, la exclusión, el querer dominar sin razón alguna, no respetar la soberanía de los países…”, enfatizó AMLO.
El mandatario ya había dicho desde el 10 de mayo que no asistiría a la reunión si el Gobierno de Estados Unidos, el país anfitrión, no tenía en cuenta su petición de invitar a todos los países del hemisferio, incluyendo Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El líder de la segunda economía de la región lamentó no poder reunirse con su homólogo estadounidense, Joe Biden, y aseguró que el mandatario está sometido “a fuertes presiones extremistas” y de algunos dirigentes de la comunidad cubana en Estados Unidos. “Ya basta de eso”, aseveró.
Durante su conferencia de prensa diaria también señaló que tiene buenas relaciones con su homólogo Biden. De hecho, anunció que buscará reunirse con él el próximo mes para hablar sobre la integración del continente, pero dijo que el mandatario estadounidense fue presionado por el Partido Republicano y por líderes de la comunidad cubana en ese país que tienen mucha influencia en el Gobierno.
“Sería el colmo que nosotros asistiéramos a una Cumbre en ese contexto, eso es contrario a la política exterior de México, a lo que establece nuestra Constitución, a la no intervención, a la autodeterminación de los pueblos”, recalcó el jefe de Estado y agregó que “desde mi punto de vista están actuando con odio y no quieren la hermandad de los pueblos, y están haciendo sufrir mucho a un pueblo abnegado y digno como el pueblo de Cuba”.
La ausencia del presidente mexicano es un golpe para la Cumbre, que va hasta el viernes 10 de junio, y que se espera aborde, en gran medida, el tema de la migración en la frontera entre Estados Unidos y México.
Por ahora, el Gobierno estadounidense no ha dado ninguna declaración por la ausencia del mandatario mexicano y los preparativos siguen su curso normal.
Otros países como Honduras y territorios de la Comunidad del Caribe (Caricom) también habían amenazado en varias ocasiones con boicotear la Cumbre por la falta de inclusión de todos, a la vez que venían criticando el plan de EE. UU. de invitar al líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, reconocido por el Gobierno Biden, pero no por varias naciones del Caribe.
"No creemos en la política de ostracismo de Cuba y Venezuela. No reconocemos a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. En esas circunstancias, Antigua y Barbuda no participará", dijo el primer ministro de ese país, Gaston Browne, durante la primera semana de mayo.
Argentina, que actualmente ocupa la presidencia rotatoria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), también hizo un llamado en mayo para que no se excluyera a ningún Gobierno.
Razones para excluir a países de la Cumbre de las Américas
Desde mayo ya se escuchaba sobre la exclusión de los Gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. El subsecretario de Estado de EE. UU., Brian Nichols, venía diciendo que estos Gobiernos “no respetan la democracia y que es poco probable que reciban invitaciones”, un hecho ya confirmado. Además, el Gobierno estadounidense no reconoce a Nicolás Maduro como el líder legal del país.
Para sellar lo que ya se preveía, un alto funcionario estadounidense le dijo a la agencia EFE este lunes 6 de junio que no se invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas porque EE. UU. “sigue teniendo dudas sobre la falta de espacios democráticos y la situación de los derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Como resultado, no serán invitados a participar en esta Cumbre", explicó el funcionario.
Esta decisión llega cuando en las últimas semanas Estados Unidos había retomado conversaciones con Cuba sobre migración, justamente uno de los mayores objetivos del anfitrión de la Cumbre para lograr un acuerdo migratorio y así enfrentar los desafíos que vive el continente.
Sin embargo, fuera cual fuera la decisión, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, descartó su asistencia hace dos semanas y aseguró que "en ningún caso" iría a la Cumbre. Situación muy similar ocurrió con Venezuela cuando EE. UU. había retirado algunas sanciones a Caracas para facilitar el diálogo con la oposición.