La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, llamó hoy a leer un artículo publicado por el diario de su país The Herald, en el que abordaron la situación que enfrenta Chile respecto del alza de contagios de coronavirus pese a llevar una de las campañas de vacunación más rápidas del planeta.

A través de su cuenta de Twitter, la autoridad manifestó que “lo que está ocurriendo en Chile en este momento sirve como advertencia de lo que pasará si las restricciones se alivianan muy rápido y antes de que hayamos vacunado a un número suficiente de personas”.

En el artículo del medio escocés se compara la situación de Chile con la de Israel -ambos con altos niveles de inoculación- y los anotan como ejemplos respecto de cómo avanzar en el desconfinamiento de los países y respecto a qué hacer y qué no.
La publicación indica, por una parte, que cuando Israel comenzó a levantar sus restricciones el 6 de febrero, el 40% de su población ya había recibido al menos una dosis, mientras que el 70% de los mayores de 60 ya tenían ambas. A mediados de marzo, en tanto, cuando todas las personas mayores de 50 años estaban con las dos dosis y la gran mayoría de los jóvenes entre 20 y 39 años habían recibido al menos una, la vida comenzó a volver a la normalidad. El acceso a algunos lugares públicos como gimnasios y cafés, sin embargo, solo se permitió a los vacunados.

En cuanto a Chile, The Herald sostiene que fue “rápido en levantar las restricciones”. “El 30 de diciembre estaban emitiendo permisos de vacaciones que permitían a los turistas ingresar teniendo un test (pcr) negativo y completar una cuarentena de 10 días (autosupervisada). Los chilenos, mientras tanto, aprovecharon los vuelos baratos a Miami y Brasil”, dice el texto. Se agrega además, que el 20 de enero, cuando menos del 1% de la población había recibido la primera dosis, se anunció la reapertura de cines con aforo reducido, por ejemplo.

Así, señalan que si bien la estrategia de apertura de Escocia se encuentra entre ambos países, “la catástrofe que se desarrolla en Chile también debería servir como una reprimenda para quienes presionan por una salida más rápida y menos cautelosa”.