La idea de juzgar los crímenes de guerra cometidos por el Ejército ruso en Ucrania provocó la respuesta inmediata del Kremlin, que señaló que los tribunales propuestos por Occidente para investigar los presuntos crímenes de guerra no tendrán legitimidad alguna y no serán aceptados por Rusia, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "Respecto a los intentos de instituir algún tipo de tribunales, estos no tendrán legitimidad alguna, no los aceptaremos y los condenaremos", afirmó en su rueda de prensa diaria.
El representante de la Presidencia rusa señaló que Rusia, por el contrario, lleva a cabo "una investigación intensa y pormenorizada de todos los crímenes del régimen de Kiev". "Se trata de un trabajo diario, que prácticamente se lleva a cabo hora a hora", subrayó.
Peskov destacó la importancia de añadir a estas investigaciones "los datos de los crímenes que cometió el régimen ucraniano desde 2014, ante los cuales no hemos observado, lamentablemente, una reacción crítica por parte de Occidente”.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, comunicó que impulsará la creación de un tribunal especial que enjuicie los crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania. El anuncio ocurrió justo antes del inicio de la 29 cumbre de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Lodz, Polonia.
"Rusia está convirtiendo el invierno en un arma", subrayó Borrell, "con la destrucción de infraestructuras civiles en Ucrania" y "tiene que pagar por su reconstrucción". "Esto requerirá una cantidad inmensa de dinero y de recursos", reconoció el alto representante, quien recordó que la UE "ha tomado el control de 20.000 millones de euros que pertenecían a oligarcas rusos y de 300.000 millones en recursos financieros del Banco Central" ruso. "Ese dinero se tiene que dedicar a reconstruir Ucrania y exploraremos todas las posibilidades legales para que así sea", señaló.
La propuesta de llevar a la justicia a Rusia por los crímenes de guerra en Ucrania fue secundada horas después por los representantes de Exteriores que acuden a la cita de la OSCE. "El plan ruso era volver a la guerra, y lo hicieron. Cuando su guerra relámpago no funcionó la agresión se volvió brutal e inhumana conduciendo trágica e inevitablemente a crímenes de guerra. Es nuestra obligación moral y legal hacer responsables a los perpetradores y a quienes decidieron", dijo el ministro polaco de Exteriores, Zbigniew Rau, que inauguró la reunión.
En vista de las desavenencias, en el seno de la organización, paralizada en la práctica por el veto ruso ya que las decisiones se toman por unanimidad, no se prevé que en Lodz pueda producirse un desbloqueo de los presupuestos de 2023 ni de otras cuestiones que permanecen congeladas, ni que haya lugar a una declaración final conjunta.