La cumbre entre Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un, centrada en la desnuclearización, terminó abruptamente este jueves en Hanói sin un acuerdo porque, según el presidente estadounidense, Pyongyang quería el levantamiento de todas las sanciones.
El objetivo de la cumbre era concretar los resultados de su primera reunión histórica de junio en Singapur, pero Kim y Trump no lograron acordar la declaración conjunta inicialmente prevista.
“A veces hay que irse, y esta es una de esas veces”, declaró a la prensa un Trump inusualmente pesimista al término de la reunión.
“Básicamente ellos querían el levantamiento de todas las sanciones y nosotros no podíamos hacerlo”, explicó.
El presidente estadounidense insistió, sin embargo, en que era “optimista de que los avances” logrados antes y durante la cumbre les dejaban “en posición de obtener un muy buen resultado” en el futuro. “Prefiero hacerlo bien que hacerlo rápido”, subrayó.
Trump dijo que Kim prometió no reanudar las pruebas de misiles balísticos o nucleares, pero precisó que por ahora no está prevista una tercera cumbre con el líder norcoreano, a pesar de la “cordialidad” que, según él, existe entre ambos.