El tribunal penal del Vaticano llevará a juicio al cardenal Angelo Becciu, a quien el Papa Francisco destituyó por su dudosa gestión de los fondos reservados de la Secretaría de Estado en una oscura compra de un inmueble de lujo en Londres que causó un gigantesco escándalo y un agujero millonario en las arcas del Vaticano.
En este caso de malversación de fondos también serán procesadas otras 9 personas y cuatro empresas bajo cargos de extorsión, abuso de autoridad y fraude por sus vínculos con una inversión de la Secretaría de Estado en un negocio inmobiliario en la capital británica por valor de 350 millones de euros.
"El presidente del Tribunal Vaticano ordenó la citación a juicio de los acusados en el marco del asunto relacionado con las inversiones financieras de la Secretaría de Estado en Londres. El juicio comenzará en la audiencia del próximo 27 de julio", confirmó la Santa Sede en un comunicado de prensa.
El Vaticano destaca que esta iniciativa judicial está "directamente relacionada con las indicaciones y reformas de su Santidad el Papa Francisco, en la obra de transparencia y saneamiento de las finanzas vaticanas".
Becciu fue cesado en septiembre de su cargo como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y despojado de sus derechos relacionados con el Cardenalato por su supuesta implicación en este caso.
Además, será procesado también el broker Gianluigi Torzi, a quien el Vaticano acusa de un engaño en la compraventa del inmueble de Londres que creó un agujero de cerca de 400 millones de euros en la Santa Sede.
La fiscalía alega que Torzi a último momento insertó en el contrato una cláusula que le daba pleno derecho a voto en la transacción.
Pero la jerarquía vaticana firmó el contrato, aprobado tanto por el número dos, cardenal Pietro Parolin y su adjunto. Ninguno de los dos está acusado.
Torzi rechazó los cargos y declaró que se deben a un malentendido. Está en Londres mientras se procesa un pedido de extradición italiano.
También será procesada Cecilia Marogna que, según las pesquisas filtradas en la prensa italiana, recibió hasta 500.000 euros de los fondos de la Secretaría de Estado gestionados por Becciu entre 2011 y 2018, cuando era el sustituto encargado de ese organismo que hace las funciones de gabinete del primer ministro.
De ese dinero, cerca de 200.000 euros fueron utilizados para la compra de artículos de lujo en marcas como Prada, Tod's o Chanel.
Según defendió ella misma en la prensa italiana, esos objetos no eran para disfrute personal, sino que fueron usados como regalos en viajes diplomáticos y otros gastos de representación.
La disposición de Gendarmeria Vaticana publicada por L'Espresso, donde se comunicaba la suspensión cautelar del servicio" a cinco funcionarios vaticanos implicados en operaciones financiarias millonarias aparentemente irregulares.
A ellos se suma un experto italiano en inteligencia acusado de malversación de fondos.
Los fiscales acusan a los sospechosos de quedarse con millones de euros del Vaticano en honorarios y pérdidas relacionadas con otros negocios financieros. Todos los sospechosos niegan los cargos.
Un juicio inédito
Se trata de la primera vez que la justicia del Vaticano sienta en el banquillo de los acusados a un miembro del colegio cardenalicio.
De hecho, el Papa derogó en abril la ley que impedía que los cardenales de la Curia Romana fueran juzgados por un tribunal ordinario al decretar que puedan comparecer también como acusados o como testigos en un proceso en un tribunal de primera instancia del Vaticano, que está compuesto también por jueces laicos.
Hasta ahora solo podían ser juzgados o investigados por los otros cardenales que integran el Tribunal Supremo especial del Vaticano, el único ente jurídico competente para abrir una investigación contra los miembros de la Curia Romana, o por el mismo Papa.
El polémico cardenal Angelo Becciu
Becciu era jefe de la oficina vaticana encargada de canonizar santos hasta que Francisco lo destituyó el año pasado debido a otra cuestión: la donación de 100.000 euros de la Secretaría de Estado a una obra de caridad regentada por su hermano.
El comunicado del Vaticano dice que "surgieron elementos'' contra Becciu en relación con el negocio en Londres. Su nombre apareció separado de los demás en el acta de instrucción de cargos porque la acusación a un cardenal requiere un procedimiento distinto.
Becciu negó haber cometido cualquier delito en la inversión en Londres. En el otro caso, en cambio, confesó que hizo la donación, pero que el beneficiario no era su hermano sino la obra de beneficencia.