Los republicanos recuperaron el control del Senado de Estados Unidos, que estaba en manos de los demócratas, al conseguir una mayoría de 51 escaños sobre 100, según proyecciones de los medios.
En paralelo a las presidenciales entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, los votantes de cientos de distritos legislativos decidían en estos comicios cuál de los dos partidos asume el mando en ambas cámaras en enero próximo.
El resultado implica que si Trump gana la presidencia (que es lo más inminente) obtendrá un enorme apoyo para impulsar su agenda o nombrar jueces en la poderosa Corte Suprema. El Congreso estadounidense se divide en la Cámara de Representantes, donde están en juego los 435 escaños, y un Senado de 100 miembros, con 34 bancas en disputa este año.
El actual gobernador de Virginia Occidental, el republicano Jim Justice, se impuso sobre el ex alcalde Glenn Elliott en la carrera para sustituir al moderado Joe Manchin, que se jubila y que votó como independiente con los demócratas. Justice fue elegido gobernador por el Partido Demócrata en 2016, pero cambió de bando poco después de llegar al cargo.
En Ohio, el también republicano Bernie Moreno, un antiguo vendedor de autos nacido en Colombia, consiguió un escaño más en el Senado para su partido, superando al demócrata Sherrod Brown, que ocupaba el puesto desde 2007. Tanto Fox News como ABC anunciaron el control rojo de la cámara alta cuando proyectaron que la republicana Deb Fischer fue reelecta al Senado en Nebraska.
Las victorias de Justice y Moreno revirtieron la ventaja demócrata de 51-49 en el Senado. Los republicanos aún pueden ampliar su ventaja con posibles triunfos en Montana, Wisconsin y Pensilvania.