Oh I'm just counting

Todas las encuestas se equivocan y hubo una gran sorpresa en Argentina: Milei no gana en primera vuelta ni siquiera sale primero. Sergio Massa gana la elección y enfrentará al ultra derechista en el balotaje

Contra todo pronóstico y contra todas las encuestas, el actual ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, venció por lejos a sus rivales en la primera vuelta electoral, pero el respaldo no le fue suficiente para evitar el balotaje.

El candidato del peronismo consiguió un 36,15% de los votos en esta jornada (con un 83,26% de los votos escrutados), mientras que su rival más cercano, el economista de ultraderecha Javier Milei -y hasta hoy favorito en las encuestas- quedó 6 puntos por debajo, con un 30,31% del respaldo popular.

De esta manera, ambos polos políticos se enfrentarán nuevamente el 19 de noviembre en un balotaje con miras a definir quién será el próximo presidente de Argentina y asumirá el mando del país el 10 de diciembre.

Serán cuatro duras semanas para el titular de la cartera económica de la nación, con ruedas diarias del dólar, en las que deberá mantener a raya las cifras y dar respuesta a los requerimientos de los ciudadanos. 

La dura derrota del macrismo

Parte de la lectura que se ha hecho en esta jornada, que contó con una participación del 74% -de las más bajas desde el retorno a la democracia-, es que la oposición queda aún más dividida de lo que se había pensado.

Milei y Patricia Bullrich -quien quedó con un 23,71% de los votos, en la peor elección de Juntos por el Cambio en al menos los últimos tres procesos electorales- estuvieron constantemente enfrentados durante toda la campaña. De hecho, el propio exmandatario Mauricio Macri, líder de Juntos por el Cambio, aseguró días antes, que “no hay ninguna posibilidad de que yo participe en un gobierno de Javier Milei”.

Sin embargo, ahora deberán juntar fuerzas y sumar incluso el respaldo del Gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, quien creció mucho en apoyo respecto de las primarias de agosto. 

Y es que la clave está en la reconfiguración de los votos de la oposición con miras al balotaje.