La zona que resultará afectada no ha sufrido una tempestad de tal envergadura en casi 30 años.
Queda al menos un día antes de que el huracán Florence alcance la costa sudeste de Estados Unidos, pero cuando toque tierra firme la noche del 13 o ya el 14 de septiembre está previsto que llegue a la potencialmente catastrófica categoría 4 o, peor aún, ya posea la desastrosa categoría 5.
Ante este peligro, las autoridades estadounidenses ya dieron órden de evacuar a más de un millón de personas y movilizaron buques de la Armada. Estas son las tres razones por las que Florence tendría consecuencias devastadoras:
Muchísima agua
Se prevé que la tempestad aminore su marcha y descargue agua en territorios que ya sufrieron lluvias intensas y que ese líquido se estanque durante mucho tiempo, dos factores que aumentarían los riesgos de inundaciones, según pronósticos que cita el diario The Washington Post.
"Cuanto más tiempo se quede, habrá más viento y lluvia. Eso significa que caerán más árboles y habría más cortes eléctricos", ha afirmado en este sentido Ken Graham, director de la Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU (NOAA, por sus siglas en inglés) a la cadena NBC.
No solo el litoral sufrirá las consecuencias de Florence: la propia NOAA advirtió que traerá "lluvias fuertes y de larga duración" que podrían provocar "inundaciones CATASTRÓFICAS en zonas interiores de Carolina del Norte y del Sur, Virginia y, posiblemente, otros estados" norteamericanos.
Además, las zonas costeras de esas regiones corren peligro de sufrir una marejada ciclónica "mortalmente peligrosa" que generaría olas de hasta 2,7 metros de altura.
Viento destructivo
Los "dañinos vientos huracanados" que azotarán la costa de EE.UU. se podrían extender hacia el interior, aumentar la zona de afectación y poner más vidas en peligro.
Si Florence se sigue alimentando de la energía del agua caliente y logra la categoría 5, podría tener vientos de hasta 250 kilómetros por hora.
Población no acostumbrada
Los habitantes de la zona que resultará afectada están poco acostumbrados a este tipo de acontecimientos. el último caso similar que se recuerda es el huracán Hugo, que en 1989 causó estragos en Charleston (Carolina del Sur), constata Reuters.
Hasta el momento, Florence se mantiene como el huracán más grave que ha amenazado el territorio continental de EE.UU. este año y se pronostica que seguirá una ruta más hacia el norte de lo que resulta habitual.