El asesinato de un alto cargo del ejército ruso, Igor Kirillov, ocurrido este martes en Moscú, fue una "operación especial” del servicio de seguridad ucraniano SBU, según informó una fuente anónima del Servicio de Seguridad ucraniano a la agencia pública de noticias ucraniana, Ukrinform.
Kirillov es el oficial de más alto rango del ejército ruso que ha sido objeto de un atentado en territorio ruso, asesinado junto a su asistente al estallar un artefacto explosivo adosado a un scooter frente a un edificio de apartamentos en el sureste de Moscú.
"Kirillov era un criminal de guerra y un objetivo absolutamente legítimo, ya que dio órdenes de utilizar armas químicas prohibidas contra el ejército ucraniano”, añadió el informante.
Kirillov fue acusado ayer lunes en rebeldía por las autoridades ucranianas por presuntos crímenes de guerra tras una investigación del SBU. En octubre había sido sancionado por el Reino Unido por el presunto uso de armas químicas en Ucrania.
Kirílov, al frente de defensa radiológica, química y biológica de Rusia desde 2017, ofrecía regularmente comparecencias de prensa en las que entre otros temas aludía a "laboratorios biológicos estadounidenses" en Ucrania.
Su asesinato ocurre en plena ofensiva rusa en Ucrania, iniciada en febrero de 2022.
El lunes, el presidente ruso, Vladimir Putin, se felicitó del avance de sus tropas en el frente al final de un año "crucial".
Cómo fue el atentado
El teniente general Igor Kirillov, jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia desde 2017 y considerado un héroe en su país, no podrá reunirse este martes con un grupo de periodistas como lo tenía previsto. Fue asesinado.
Se trató de una "operación especial" del servicio de seguridad ucraniano SBU, según declaró a la AFP una fuente interna del organismo, que lo calificó como un "objetivo legítimo".
Kirillov, de 54 años y acusado por Occidente de supervisar el uso de armas químicas en el campo de batalla de Ucrania, murió tras el estallido de una bomba accionada cuando salía de su domicilio acompañado de su ayudante. Ambos fallecieron en el acto.
Investigadores han podido establecer que en el atentado se usó un artefacto explosivo, de una potencia equivalente a 300 gramos de trilita, oculto en una patineta eléctrica junto a la puerta del edificio de viviendas, situado en la avenida Riazanki, en el sureste de la capital rusa.
El artefacto fue detonado a distancia, según ha informado la agencia estatal de noticias Tass citando a los servicios operativos rusos.
Las imágenes en el lugar de los hechos muestran la entrada de un edificio gravemente dañada, con marcas de quemaduras en las paredes y ventanas reventadas.
Expertos en explosivos y perros de búsqueda especializados inspeccionaron los alrededores y no encontraron otros explosivos, dijeron las autoridades rusas.
Además, el Comité de Investigación ruso abrió “una causa penal por el asesinato de dos militares”, mientras investigadores, expertos forenses y servicios operativos siguen trabajando en el lugar de los hechos.