Un menor de tres años que se encontraba sin vigilancia causó accidentalmente el fuego, que provocó la muerte de al menos 12 personas, incluidos cuatro niños, según el comisario del cuerpo de bomberos de Nueva York, Daniel Nigro.
El menor se encontraba la noche del jueves jugando con los fuegos de la cocina, fuera de la vigilancia de su madre, en un departamento de un edificio de más de 20 pisos construido hace más de 100 años, en el Bronx.
Cuando se inició el fuego, el niño empezó a gritar y la madre huyó de la casa con este y su otro hijo, de dos años, dejando la puerta abierta.
Ello permitió que las flamas salieran al pasillo del edificio.
La escalera "actuó como una chimenea" y propició que las llamas se extendieran rápidamente hacia los pisos de arriba, explicó Nigro.
"La gente tuvo muy poco tiempo para reaccionar", dijo. "No pudieron bajar y aquellos que lo intentaron, perecieron".
El suceso se convirtió en el peor siniestro ocurrido en Nueva York en el último cuarto de siglo, según el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio.
Según los datos de la policía, entre los fallecidos, hay tres niñas -de uno, dos y siete años- y un niño, cuya edad no fue confirmada.
Medios locales informaron que dos de ellos fueron encontrados en los brazos de una mujer que había estado buscando refugio en una bañera.
Según el alcalde, Bill De Blasio, había preocupación sobre si el edificio cumplía las medidas de seguridad contra incendios, pero luego se descartaron.
Al menos 20 personas fueron rescatadas de las escaleras de emergencia, que en Nueva York cuelgan de la fachada del edificio, y otras 12 fueron sacadas del interior del inmueble.
Un soldado del ejército estadounidense de 28 años, Emmanuel Mensah, sigue desaparecido. Mensah se alojaba en el tercer piso del edificio, según dijo su padre al periódico New York Daily News.
Su progenitor visitó cuatro hospitales buscando a su hijo, sin éxito.
Los residentes que consiguieron escapar se apoyaron unos a otros afuera para soportar el frío intenso. Algunos huyeron del edificio sin zapatos ni abrigos, pero la Cruz Roja les entregó mantas. Más de 170 bomberos ayudaron a controlar el incendio.
Las gélidas temperaturas que registró Nueva York provocaron que el agua de las mangueras de los bomberos se convirtiera en hielo. La metrópolis está experimentando un golpe de frío severo, y las temperaturas casi alcanzaron los diez grados bajo cero el jueves por la noche.