La guerra con el Estado Islámico obligó a la protagonista de esta historia, Sana Ibrahim al Taee, a enterrar a sus cinco hijos varones, que dejaron atrás a 22 menores huérfanos. La familia vive en la ciudad iraquí de Mosul, ocupado por la organización yihadista en junio de 2014.
Al Taee tiene 64 años y se encuentra en un delicado estado de salud. A pesar de sus achaques y pocos recursos económicos, no ha dejado a ni uno solo de sus nietos atrás.